Las tres grandes compañías archirrivales del sector de los videojuegos, Microsoft, Nintendo of America y Sony, se han visto obligadas a unir fuerzas para mostrar su descontento con la guerra económica del presidente estadounidense, Donald Trump, contra China.
Para los millones de jugadores de videojuegos la política económica de Trump parecería no ser tan importante en este rubro, pero impacta de gran forma por las tasas impuestas por el mandatario estadounidense sobre los productos chinos que perjudican a la industria, ya que se fabrican en el país asiático.
Los ejecutivos de Microsoft, Nintendo of America y Sony se reunieron recientemente para presentar una queja conjunta al Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR). El documento se centra en el “impacto y daño económico indebido que las tarifas propuestas para las consolas de videojuegos tendrían en todo este mercado”, señalaron las empresas de entretenimiento.
La afectaciones se producen debido a que el 96 por ciento de las videoconsolas producidas en 2018 se hicieron en China y que la cadena de suministros se ha desarrollado en el país asiático, por lo que trasladarla a Estados Unidos u otro país aumentaría los costos de producción en forma considerable.
En 2017 la industria de videojuegos en Estados Unidos generó ingresos totales por 36 mil millones de dólares y 43 mil 400 millones en 2018, lo que refleja más del 20 por ciento de crecimiento. Esta industria emplea directa e indirectamente a más de 220 mil personas, indica el sitio Somosxbox.
Los autores del texto señalan que un aumento del 25 por ciento en los aranceles puede poner sus productos fuera del alcance del poder adquisitivo de muchas familias estadounidenses, señala la agencia Sputnik.
Microsoft y Sony, especialmente, se muestran preocupadas al tener en cuenta que Project Scarlett y PlayStation 5, sus consolas de nueva generación, están por salir a venta.
Con información de: Aristegui noticias