El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien presentó el martes su renuncia, tuvo diferencias con él y Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia.
“Tuvimos entre otras discrepancias lo del Plan Nacional de Desarrollo, que hubo dos versiones, y la que quedó es la que yo autoricé, que incluso me tocó escribirla, porque había otra versión. Disentí de que había continuismo”, dijo López Obrador durante su conferencia matutina.
El mandatario consideró que el proyecto presentado por Urzúa conservaba la inercia neoliberal. “Era como si lo hubiera hecho (Agustín) Carstens y (José Antonio) Meade”.
En cambio, añadió, “el Plan que se presentó al Congreso tiene como antecedente el plan liberal de 1906 y el plan sexenal del general Cárdenas. Ahí ustedes ya no van a encontrar nada que tenga que ver con los términos propios de la política neoliberal“.
Asimismo, López Obrador señaló que hubo diferencias en el manejo de la Banca de Desarrollo.
“Yo le planteé a Alfonso Romo que ayudara en la coordinación para el funcionamiento en la Banca de Desarrollo y no había acuerdo, o sea, había diferencias notorias entre ellos“, afirmó.
López Obrador destacó que el revelo en la Secretaría de Hacienda “fue natural”.
“Esto ya se repitió en el gobierno de la Ciudad (de México). Cuando fui jefe de gobierno, estuvo Carlos, él decidió salirse para irse a la academia, luego entró Gustavo Ponce, luego de lo que sabemos de Gustavo Ponce, entró Arturo. Incluso cuando yo ya no estaba, él siguió con Alejandro Encinas, en la Secretaría de Finanzas. Es una gente a la que le tengo confianza, está bien formado, es un profesional de la economía, es honesto y tiene sensibilidad social”, apuntó.
Tras ser cuestionado por periodistas, el presidente descartó que Urzúa tuviera diferencias con Raquel Buenrostro, oficial mayor de Hacienda.
“Se tomó la decisión de centralizar las compras del gobierno en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Raquel está ahí, una mujer extraordinaria y honesta, y que yo respaldo porque está sometida a muchas presiones… A ella la ven con malos ojos porque es la que tiene la responsabilidad de llevar a cabo las compras y de establecer las condiciones para la contratación de servicios, no lo pueden hacer las dependencias”, explicó.
Asimismo, el jefe del Ejecutivo admitió que se tuvieron diferencias con el exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social, Germán Martínez, y con la titular del Servicio de Administración Tributaria (Margarita Ríos- Farjat).
“Y puede haber más, pero nada extraño, no es para rasgarse las vestiduras. Esto es así, porque los cambios van, no hay esa quietud, ese inmovilismo en donde no pasa nada porque hay continuidad”, dijo.
Sobre el conflicto de interés que Carlos Urzúa denunció en su carta de renuncia, el mandatario dijo que “no existe”.
“Él tiene derecho a expresarse y de manifestarse, pero no hay corrupción. No existe ninguna prueba, ningún hecho”, aseguró.
Si bien comentó que en el periodo neoliberal la Banca de Desarrollo se utilizaba para apoyar a los allegados del gobierno, afirmó que eso ya no existe.
“Imagínense que a estas alturas termine yo de tapadera o de alcahuete, que pierda yo mi autoridad moral que es lo que estimo más importante en mi vida, que por eso no han podido destruirmo, políticamente hablando. Podrá ser muy mi amigo, mi compañero de lucha de hace año, inclusive un hijo, mi esposa, pero no voy a permitir la corrupción“, recalcó.
Con información de Aristegui noticias