Con sapos amarrados en el cuello y aparentes heridas de bala y golpes fue encontrado ayer por la mañana el cadáver de una mujer sin identificar detrás del fraccionamiento Valles del Sol, a un costado del canal 7.
Con este asesinato y el de antier, cuando una señora fue baleada en el poblado de Tayoltita y llevada al hospital de Elota, donde después falleció de una herida en el pecho, se contabilizan treinta feminicidios en lo que va del año, cuatro en el presente mes.
El aviso
Corrían aproximadamente las 07:50 horas cuando se atendía una llamada anónima en la base de operaciones del 911. El reporte indicaba la localización del cuerpo de una mujer sin vida por el bulevar López Velarde, entre calles Del Campo y canal 7, detrás de Valles del Sol.
Agentes de Seguridad Pública que patrullaban los alrededores tuvieron conocimiento de la denuncia y se aproximaron al lugar, donde en primera instancia no encontraban nada, debido a que el cuerpo estaba entre el zacate crecido, pero tras unos minutos de búsqueda se logró dar con el cuerpo sin vida de la fémina, de aproximadamente 30 años, de complexión robusta y tez blanca, quien vestía pantalón de mezclilla azul, bóxer color gris y una blusa de tirantes color negro.
Aunque el asesinato de una mujer es escalofriante, los agentes se sorprendieron más al ver que la víctima tenía dos sapos vivos amarrados en el cuello.
Rápidamente la escena del macabro hallazgo fue marcada y se requirió el trabajo del personal de la Fiscalía para dar inicio a la investigación.
Atención del caso
Investigadores del grupo de feminicidios y peritos hicieron acto de presencia en la escena del crimen, y sin demora empezaron los trabajos de campo del asesinato.
En el perímetro no localizaron casquillos ni tampoco indicios de que ahí se haya cometido el atroz acto; sin embargo, a unos metros del cadáver encontraron rastros de sangre, lo que hizo especular a los investigadores que la víctima fue bajada desde un automóvil y posteriormente arrastrada un par de metros para dejarla entre el zacate, aunque sería en el avance de la investigación que se confirmaría dicha sospecha.
Los especialistas se sorprendieron al hacer la revisión del cuerpo, ya que aunque ya se les había mencionado que la mujer tenía sapos amarrados en el cuello, no dejaron de asombrarse al notar que los anfibios estaban vivos y pataleaban al estar sujetado con un mecate de ixtle color anaranjado.
Los trabajos de campo se extendieron por más de una hora, donde se revisó minuciosamente la zona delimitada, donde se dijo extraoficialmente que la occisa presentaba un disparo en la cabeza a la altura de la ceja, así como raspones.
Al final de las indagatorias, el cuerpo fue llevado al Servicio Médico Forense, donde se le harían los exámenes de ley.
Cabe recordar que apenas el lunes se reportaba el asesinato de una vecina de Elota después de ser baleada en el pecho en un asalto en la tiendita que atendía. Asimismo, el pasado 6 de agosto, un hombre asesinó a su expareja en el comedor de una empresa deshidratadora en El Rosario, donde, según testigos, el asesino la abrazó y les disparó dos veces, para después suicidarse ante la mirada de los demás trabajadores.
Investigación
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo, señaló que se encuentran realizando la investigación y la interpretación de la colocación de los sapos en el cuerpo de la fémina.
Asimismo, reafirmó que es el feminicidio número 30 en el estado, pero descartó que este caso y algunos otros sean por violencia de género, sino por otro tipo de problemas.
El funcionario estatal prefirió no dar más datos del hallazgo de la mujer debido a que se encuentra en investigación por el Ministerio Público. Por su parte, la directora del Instituto Sinaloense de las mujeres (Ismujeres), Araceli Tirado, lamentó que hasta el momento se lleven contabilizadas esas víctimas.
Otro caso de cadáver con sapos sobre el cuerpo
La madrugada del pasado 30 de julio de este año, un casi similar se registró al encontrar a un hombre torturado y asesinado con dos sapos sobre el pecho, el cual fue localizado debajo del puente ubicado en el entronque de la carretera la Costerita y ampliación Álvaro Obregón, al sur de la ciudad. En aquella ocasión llegaron policías atendiendo la denuncia.
El occiso, quien resultó ser de complexión robusta, se encontraba semidesnudo, con las manos encintadas sujetas hacia atrás y con el rostro lleno de sangre. Al revisar el cuerpo, los especialistas le observaron a simple vista los dos sapos sobre su pecho y además sus dos dedos índices que le fueron amputados. Ante dicha situación, se presume que el cuerpo fue torturado antes de morir.
Con información de Debate