Por haber seducido a por lo menos siete mujeres casadas, en afiebrados encuentros sexuales en los que se burlaba de la fe católica, el sacerdote Toribio Tapia Bahena, adscrito a la diócesis michoacana de Lázaro Cárdenas, será sometido a juicio en los tribunales eclesiásticos.
Por lo pronto, el obispo de Lázaro Cárdenas, monseñor Armando Antonio Ortiz Aguirre, ya envió al padre Toribio a un centro de rehabilitación para presbíteros, y planea enviar su caso al tribunal eclesiástico de la Arquidiócesis Primada de México, ya que este tribunal tiene mayor infraestructura para llevarlo a juicio, además de que el sacerdote en un tiempo llegó a ocupar importantes cargos eclesiásticos en la Ciudad de México, según informó la agencia católica ACI Prensa, que ha venido documentando este caso de infracción al celibato sacerdotal.
ACI Prensa recogió incluso testimonios de dos mujeres seducidas por el padre Toribio, en un amplio reportaje titulado “Conocido sacerdote habría seducido a mujeres casadas por varios años en México”, firmado por David Ramos y publicado el pasado miércoles 14.
Sin dar sus nombres, las dos mujeres entrevistadas relatan cómo sucumbieron al asedio del “atrayente y cautivador” sacerdote de 52 años de edad, y también detallan las sacrílegas prácticas sexuales a las que fueron sometidas.
UNA DE ELLAS RELATA:
“En la intimidad me pedía satisfacernos y cumplir fantasías como pareja, suplicando al principio, diciendo que él me amaba, pidiéndome disfrazarme de monja y colegiala.
“Además del sexo oral, le gustaba dejar marcados chupetones, porque decía que así sabía que era suya”.
También solía tomar videos durante los actos sexuales, en los que “hablaba mal de la Santísima Virgen María y se expresaba muy mal de San Pablo. Se quejaba de que el dinero en la Iglesia era mal utilizado”.
Además –prosiguen las entrevistadas— el lujurioso sacerdote aseguraba que “el demonio está enfadado de conseguir almas, que él no las quería ni le importaban”.
Al ver que sus matrimonios quedaron destruidos por caer en el “monstruoso juego” del Don Juan ensotanado, un juego que rebasaba “los límites de la perversión” y caía en la “parafilia”, las mujeres entrevistadas decidieron terminar la relación… y denunciarlo.
ACI Prensa señala que el sacerdote “mantuvo relaciones con al menos otras cinco durante su ministerio, sometiéndolas a diversas prácticas controversiales y llegando a solicitarles participar en parafilias”.
Con doctorados en España, Italia y Jerusalén, el padre Tapia Bahena también ocupó importantes cargos eclesiásticos en México: fue secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de la Pastoral Bíblica y de la Dimensión para la Animación Bíblica, fue catedrático de la Universidad Pontificia de México, colaboró con las Obras Misionales Pontificio Episcopales, y es además autor de diversos libros publicados por la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Universidad Pontificia.
Para seducir a las mujeres aprovechaba su “gran prestigio” como biblista y su investidura sacerdotal, señala el reportaje de ACI Prensa.
Agrega que el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, está al tanto del caso, y pide que sea resuelto por monseñor Ortiz Aguirre, por ser el superior jerárquico inmediato del padre Toribio.
Pero el obispo de Lázaro Cárdenas señala que, hasta el momento, solo le ha abierto una investigación “a nivel personal” al sacerdote, a quien ya mandó a un centro de rehabilitación.
Y respecto a las acusaciones, dice Ortiz Aguirre, éstas se llevarán a los tribunales de la Arquidiócesis Primada de México, pues su diócesis de Lázaro Cárdenas, argumenta, “es muy pequeña y no tiene toda la estructura para hacer una serie de investigaciones”.
Con información de Proceso