En el marco del Día Nacional de la Persona Adulta Mayor, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social difundió una “radiografía” sobre la situación en la que se encuentra el grupo de población de 65 años o más.
En 2008, el 44.9% de la población adulta mayor se encontraba en situación de pobreza, pero en 2018 este porcentaje pasó a 41.1%, lo que representa un total de 4.3 millones de personas de este grupo de población. En el caso de la pobreza extrema, el porcentaje pasó de 12.7% a 6.8% en el mismo periodo.
La población adulta mayor (65 años o más) vulnerable por carencias sociales pasó de 33.6% a 26.9% entre 2008 y 2018, mientras que la población vulnerable por ingresos de este grupo de población aumentó de 4.3% a 8.3% y la población no pobre y no vulnerable pasó de 17.2% a 23.7%.
Carencias sociales
El rezago educativo entre la población adulta mayor registró una disminución al pasar del 68.5% en 2008 a 54.5% en 2018. En el mismo periodo de referencia, la carencia por calidad y espacios de la vivienda pasó de 13.8% a 6.6%; la carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda de 23.1% a 19.4% y la carencia por acceso a la alimentación de 19.3% a 18.2% en 10 años.
El porcentaje de la población adulta mayor con carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 31.9% a 9.7% entre 2008 y 2018, mientras que en la carencia de acceso a la seguridad social en este grupo de la población pasó de 34.1% a 17.7% en este mismo periodo.
Ingreso
La población de 65 años o más con un ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos aumentó entre 2008 y 2018 al pasar de 18.6% a 19.1%, mientras que la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, en este grupo de población, pasó de 49.2% a 49.4% en el mismo periodo de 10 años.
De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, la condición física y los problemas de salud son factores de vulnerabilidad en esa etapa de la vida. El desgaste físico propio de las personas adultas mayores propicia que requieran atención médica tanto de manera más recurrente como de carácter especializado.
En tanto, el análisis de los riesgos asociados a esta edad arroja la necesidad de establecer un sistema de protección social que cubra un paquete de beneficios iguales entre instituciones y utilización de los servicios de salud, pensiones de vejez y pisos mínimos que disminuyan los constantes riesgos que enfrenta este grupo de población.
Ante este panorama, el Coneval hace las siguientes recomendaciones para la atención de la población adulta mayor en México en el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018:
· Diseñar un Sistema Nacional de Cuidados que contemple, entre otros elementos, la participación de las diversas secretarías o instancias gubernamentales que tienen a su cargo a grupos de la población con necesidades de cuidado, así como la conciliación familiar y laboral.
· Garantizar un ingreso a los adultos mayores que les permita enfrentar eventos coyunturales asociados a su etapa de vida como enfermedad, invalidez y pérdida de ingresos, así como deficiencias estructurales del sistema de seguridad social.
· Un sistema de protección universal debiera contemplar un esquema de pensiones que sustituya a los varios programas sociales de adultos mayores inconexos y dispersos.
Con información de Aristegui noticias