Se desconoce exactamente la fecha de su nacimiento, pero se estima que fue en la década de los noventa. Se trata de Joselyn Alejandra Niño, una de las integrantes de Cártel de Las Flacas, quien en 2015 mostró una de las peores caras del narcotráfico, luego de ser ejecutada y descuartizada.
El cuerpo de “La Flaca”, como también se le conocía fue encontrado cortado en pedacitos adentro de una hielera abandonada en el puente fronterizo entre Matamoros, Tamaulipas en México, y Brownsville, Texas, Estados Unidos. En el lugar también se encontró a otra mujer descuartizada y a un hombre decapitado.
Las Flacas fueron un cártel de jóvenes sicarias, físicamente muy parecidas, que operaban de manera independiente y que trabajan para distintas organizaciones criminales para asesinar rivales. Operaban principalmente en la zona norte de México en estados como Baja California, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas.
Eran conocidas por ser jóvenes, delgadas que usaban chalecos antibalas, cadenas de oro colgando sobre el cuello, cabello peinado hacia atrás y lentes de sol sobre su cabeza.
Su apariencia casi infantil y su juventud las ayudaba a pasar desapercibidas ente sus víctimas.
Jocelyn, operaba en la zona de Tamaulipas y trabajaba principalmente para el Cártel del Golfo, se le conoce como “La Flaca” no sólo por el nombre de su organización sino también porque su delgadez se asemejaba a la Santa Muerte, una figura a quien le rinden culto narcotraficantes, ladrones, policías y en general quienes siempre están en un riesgo constante de morir.
Las pocas imágenes que se conocen de ella aparecieron en 2015 en redes sociales y que sirvieron sus rivales para identificarla. En las fotografías aparece sosteniendo armas de fuego de grueso calibre.
Las fotografías habían sido filtradas por un grupo del Cártel del Golfo llamado “Los Ciclones”, quienes buscaban publicar la mayor cantidad de imágenes de sus rivales para que la policía los identificara y los pudiera atrapar.
Pero, Joselyn fue identificada por integrantes de “Los Metros”, otra célula del Cártel del Golfo, uno de los principales rivales de Las Flacas, quienes secuestraron a Joselyn entre el 12 y 13 de abril de 2015 en la población Río Bravo, en Tamaulipas.
Un día después, el 14 de abril, apareció descuartizada en la hielera. “Los Metros” se adjudicaron la muerte y publicaron en Twitter imágenes del cuerpo desmembrado. En un pedazo de brazo se observa un tatuaje con la palabra “Niño”, uno de sus apellidos.
El parte médico reveló que la joven había sido ejecutada de un tiro en la cabeza, después desmembrada y congelada. Al momento de su asesinato tenía entre 18 y 22 años.
Además de Joselyn, se ha identificado a otras dos jóvenes como parte del cártel: una ex oficial de policía del estado de Nuevo León de nombre Verónica Mireya Moreno Carreón, quien trabajaba para el Cártel de Los Zetas y que fue arrestada por marinos mientras conducía un automóvil robado.
Otra de sus integrantes es Nancy Manríquez Quintanar, también detenida, a quien se le atribuye haber participado en una docena de asesinatos.
“Desde 2007, cuando el ex presidente Felipe Calderón intensificó la guerra contra las drogas, ha habido un crecimiento fenomenal en asesinas o ‘sicarias’, que a menudo pueden operar más sigilosamente que sus homólogos masculinos”, advirtió en su momento Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos.
En un contexto de violencia generalizada, las mujeres ya no se conforman con ser esposas de un narco o formar parte de la estructura de primera línea de un grupo criminal y el llamado “Cártel de las Flacas” dejó al descubierto el nuevo papel que tienen en delincuencia organizada en México.
Otros cárteles, como el del Noreste, ya tienen brazos armados integrados únicamente por mujeres, quienes realizan las mismas tareas que los sicarios hombres.
Al igual que en el caso de los hombres, son reclutadas desde pequeñas o muy jóvenes, son entrenadas y al llegar a la mayoría de edad ya son capaces de realizar ejecuciones.
Otras veces trabajan de manera independiente, como el caso de Las Flacas, un caso reciente fue el de Esperanza “N”, detenida en julio pasado luego de haber ejecutado a dos israelíes en un restaurante en Plaza Artz, en Ciudad de México.
La mujer confesó ser sicaria y haber sido contratada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para ejecutar a los israelíes quienes eran buscados también por la justicia en México y en su país de origen.
Con información de Infobae