En el país se tienen registrados 560 conflictos socioambientales, de los cuales 173 son con la industria minera, 86 hídricos, seguidos por la expansión de la industria energética y extracción de energéticos, entre otros, informó el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor M. Toledo.
En una reunión de trabajo en el Palacio Legislativo con la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales, destacó que se atienden 18 problemáticas socioambientales con presencia directa de los funcionarios en las comunidades.
Expuso que, para contrarrestar un limitado presupuesto, la dependencia a su cargo teje proyectos con otras secretarías. En ese sentido, pidió a los legisladores que generen nuevas leyes para “estar a la altura” de la problemática ambiental nacional y mundial.
“¿Qué pasa en México?”, cuestionó a los legisladores. “Pues en México viven ustedes”, respondió, antes de lanzar cifras de los conflictos socioambientales, resultado de un análisis, dijo, hemerográfico, de más de mil registros periodísticos.
“Los estados con mayor número de conflictos mineros son: Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Chihuahua y Colima. Todo lo tenemos mapeado a nivel municipio. El caso de los problemas con el manejo del agua están Jalisco y Estado de México. Con conflictos energéticos están Oaxaca, Veracruz y Puebla”, señaló.
Detrás de cada conflicto, indicó, hay poblaciones locales, municipales, comunidades especialmente en las zonas indígenas que están luchando por defender sus territorios. Ahí, añadió, aparece el rol de los llamados defensores ambientales que están resistiendo por defender su territorio, su historia, su cultura, sus costumbres, equilibrio en el paisaje y su equilibrio regional.
“En un estudio sobre agresiones a los defensores ambientales encontramos este panorama de detenciones ilegales, amenazas físicas y, hasta hace tres años, había 99 defensores asesinados en México. Aunque aquí habla de 108, hoy tenemos un registro de 122 ambientalistas asesinados en México, lo cual pone a los defensores ambientales en la misma dimensión de los periodistas y de los defensores de los derechos humanos en México. El nivel de agresión hacia los defensores del ambiente está puesto por la organización Global Witness como el cuarto o quinto país más peligroso para la defensa del ambiente”, destacó.
Los últimos cuatro años han sido los “más calientes en toda la historia registrada por el ser humano, o sea, estamos en una doble emergencia, una social y otra ecológica, expresada, fundamentalmente, por el cambio climático”, añadió.
Destacó que para el 2050, prácticamente en un poco más de 30 años, hay cinco fenómenos que no se pueden eludir: la población mundial crecerá de 7 a más de 9 mil millones de personas; aumentará la presión sobre el planeta en 2 mil millones de nuevos seres humanos. Segundo, se acaba el petróleo, el gas y el carbón. Tercero, los efectos de cambio climático no se han detenido en el mundo. Cuarto, la crisis de los alimentos se va a venir de aquí al 2050 porque se sigue insistiendo en querer producir alimento bajo los sistemas agroindustriales, y finalmente las crisis de las ciudades, como nuestra Ciudad de México, porque es víctima de la industria automotriz, de la religión de los automóviles que, además, acaba con la vida de un millón de seres cada año.
“Cuando me preguntan ¿cuál es la tecnología más dañina que hay en el mundo? Son los autos. Cada año, un millón de seres humanos mueren por accidentes automovilísticos”, indicó.
Sobre la situación de la Semarnat, Toledo destacó que en la etapa neoliberal sufrió un marcado deterioro por la pérdida de cuadros científicos, teóricos, descoordinación en las principales ramas de la secretaría y el aflojamiento de la aplicación de las leyes, especialmente con las industrias contaminantes en las primeras cuencas del país. “Estoy hablando del Río Atoyac, del Río Lerma, del Río Papaloapan, del Río Sonora, etcétera”.
Por eso, informó que la dependencia hará un inventario de todas las industrias contaminantes de los ríos.
Asimismo, mencionó que entre 2015 y 2019 se perdió el 56% del presupuesto destinado a la Semarnat. De 2018 a 2019 pasaron de 37 mil a 31 mil millones de pesos “y hubo un congelamiento por parte de Hacienda que nos dejó, hoy en día, con 28 mil millones de pesos”. La buena noticia, dijo, es que la Semarnat empezó a tejer proyectos con las secretarías de Salud, Agricultura, Educación, entre otros.
“¿Qué estamos haciendo? Pues básicamente recambio, revisión escrupulosa y cambio de directivos y cuadros técnicos y administrativos, reestructuración. ¿Qué significa esto? Significa que estamos atendiendo directamente las problemáticas que están surgiendo por todo el país”, añadió.
Resaltó que, de los más de 500 conflictos detectados, en estos meses han atendido 18 problemáticas de todo tipo: en el estado de Sonora cinco problemáticas por las presas, por la tala inmoderada en el Estado de México, por la contaminación de los pescadores de Lázaro Cárdenas, Michoacán; la del Movimiento por la Tierra en la región de Tula, Hidalgo, por la presa Endhó.
En Tula, apuntó, “existen tres cementeras, varias caleras, la refinería de Pemex, la termoeléctrica de la Comisión Federal, una ciudad industrial con 300 industrias, todas contaminando agua, aire y suelo ¡Todas!
“Redescubrimos que en la legislación existe una modalidad que se llama ‘regeneración ecológica de una región, que es una especie de equivalente a ‘emergencia ambiental’. Por cierto, ahí tendríamos también que hacer una reforma a la ley para subir a la idea de emergencias ambientales”, resaltó el funcionario.
Con información de Proceso