Una investigación llevada a cabo en tres ciudades de la frontera norte detectó que los migrantes extranjeros llegados a esa región del territorio nacional pueden ser captados para el consumo de opioides.
En el estudio desarrollado por Clara Fleiz, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, en Tijuana, Baja California; San Luis Río Colorado, Sonora, y Ciudad Juárez, Chihuahua, enfocado a los consumidores de opio, cocaína, cristal y fentanilo, entre otras sustancias, se halló la presencia de consumidores migrantes extranjeros, cuyo número se incrementó como parte del movimiento migratorio de los últimos meses en México.
El proyecto “Situación de consumo de opioides ilegales en la frontera norte de México” se efectuó mediante la aplicación de 600 cuestionarios repartidos en las tres ciudades, así como de 300 entrevistas en profundidad, explicó Fleiz en una conferencia impartida en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los participantes en el trabajo de campo, a quienes se les entregó un kit con diversos productos que les ayudan a evitar contagios de enfermedades, accedieron a hacerse pruebas de detección de hepatitis C y VIH.
La especialista añadió que se detectó el consumo de distintas drogas y que incluso “varios de ellos nacen prendidos a la droga, presentan el síndrome de abstinencia porque sus madres consumían mientras estaban embarazadas”.
Detalló que parte de los entrevistados crecieron en entornos de consumo, de alta disponibilidad de drogas con amigos y familiares.