Aire atrapado en las burbujas de núcleos de hielo de hasta 2 millones de años ha permitido medir los niveles de gases de efecto invernadero, dióxido de carbono y metano, en todo ese periodo.
Este estudio, publicado en ‘Nature’, proporciona una imagen más clara de las conexiones entre los gases de efecto invernadero y el clima en la antigüedad y ayudará a los científicos a comprender el cambio climático futuro.
El grupo fue dirigido por John Higgins y Yuzhen Yan de la Universidad de Princeton y Andrei Kurbatov de la Universidad de Maine, e incluyó a Ed Brook en la Oregon State University y Jeff Severinghaus en la Universidad de California en San Diego.
Esta es la primera vez que los científicos pudieron estudiar un núcleo de hielo tan viejo. Anteriormente, el núcleo de hielo completo más antiguo proporcionaba datos a 800.000 años.
Estudios anteriores que usaron ese núcleo y otros han demostrado que los niveles de dióxido de carbono atmosférico están directamente relacionados con la temperatura antártica y global durante los últimos 800.000 años. Antes de eso, la conexión entre el clima y los niveles de dióxido de carbono no se entendía tan bien.
El artículo publicado en ‘Nature’ comienza a cambiar eso. Durante el último millón de años, el ciclo de glaciaciones seguido de períodos cálidos ocurrió cada 100.000 años. Pero entre hace 2,8 millones de años y hace 1,2 millones de años, esos ciclos fueron más cortos, alrededor de 40.000 años, y las glaciaciones fueron menos extremas.
El equipo quería descubrir cómo variaban los niveles de dióxido de carbono durante ese período de tiempo más antiguo, que hasta ahora solo se conocía indirectamente de la química de los sedimentos en el océano y en la tierra.
Descubrieron que los niveles más altos de dióxido de carbono coincidían con los niveles en los períodos cálidos de los tiempos más recientes. Sin embargo, los niveles más bajos no alcanzaron las concentraciones muy bajas encontradas en las glaciaciones de los últimos 800.000 años.
“Uno de los resultados importantes de este estudio es mostrar que el dióxido de carbono está relacionado con la temperatura en este período de tiempo anterior”, señala Brook.
Esta conclusión se basa en estudios de la química del hielo, que proporcionan una indicación del cambio de temperatura en la Antártida al mismo tiempo que las variaciones de dióxido de carbono. “Esa es una línea de base importante para comprender la ciencia del clima y calibrar modelos que predicen cambios futuros”, comenta Brook.
El núcleo de hielo con el hielo de hace 2 millones de años proviene de un área conocida como Allan Hills, que está a unos 130 kilómetros de la estación de investigación antártica de Estados Unidos conocida como Estación McMurdo. Se han encontrado meteoritos antiguos en la superficie de esta área, lo que lleva a los científicos a creer que podría haber hielo antiguo en la capa de hielo.
El núcleo con hielo de 2 millones de años fue perforado a una profundidad de 200 metros durante la temporada de campo 2015-16. Se necesitan una o dos semanas para perforar y recuperar un núcleo así, y se recolectaron varios núcleos en la región.
El equipo de investigación regresará a Allan Hills en los próximos días para dos meses de trabajo adicional. Recolectarán grandes cantidades de hielo de 2 millones de años y buscarán muestras aún más antiguas.
“No sabemos el límite de edad en esta área –admite Brook–. Podría ser mucho más viejo en algunos lugares. Es por eso que volvemos. Superar los dos millones de años sería bastante sorprendente”.
Con información de El Periódico