La Organización Mundial de la Salud estima que cada año una de cada 10 personas en el mundo contraerá influenza, 10 por ciento de ellas requerirá hospitalización y entre 290 mil y 650 mil fallecerán por causas relacionadas. De acuerdo con el infectólogo Felipe Aguilar, el común denominador de las muertes por influenza es la ausencia de vacunación.
En entrevista, el también pediatra y gerente médico de Sanofi Pasteur indicó que, una vez colocada la vacuna, la respuesta inmunológica depende del estado de salud del individuo y de la dosis infectante en el contagio.
No obstante, aseguró que la promesa de la vacuna es proteger contra la complicación de la enfermedad: “Si hay algo de lo cual podemos estar seguros es que aquellos individuos que reciben la vacuna no van a terminar en hospitalización y muerte, eventualmente les puede dar catarro y si te llega a dar influenza no te da con la severidad que si no hubieras tenido la vacuna”, dijo.
En tanto, el profesor clínico del Tecnológico de Monterrey, César Martínez, comentó que “mucha gente dice que se la aplicó y se enfermó, sería peor sin haberse vacunado: te hubiera hospitalizado o producido la muerte”.
En el Foro Voces por la Vacunación, la doctora Bárbara Pahud, especialista del Hospital Children´s Mercy Kansas City, explicó que el virus insertado en las vacunas es una parte diminuta del mismo y que es imposible que éste provoque la enfermedad o reacciones adversas, por ejemplo, “la tapa de una botella es lo suministrado al cuerpo mientras que lo demás del envase es la parte dañina y lo que hace es generar anticuerpos”.
En tanto que Aguilar reiteró que la vacuna no causa la enfermedad porque “es sólo una fracción del virus y no puede hacer daño”. El médico informó que cada año el virus tiende a replicarse y mutar, por ello se vigila permanentemente en México, a través del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos de la Secretaría de Salud, y en el mundo en cerca de 160 laboratorios que reportan a la OMS.
Con los reportes, el organismo internacional anticipa la formulación del virus que podría circular en la siguiente temporada de influenza. De este modo, regularmente en el mes de febrero, la OMS ordena a todos los laboratorios producir la vacuna adecuada.
El infectólogo Felipe Aguilar señaló que toda la población debe inmunizarse ya que la tasa de contagio es uno de cada 10. Sin embargo, entre los grupos con mayor riesgo están los niños de 6 a 12 años con una tasa de 35 por ciento, es decir, uno de cada tres.
Especialistas incluyen en la alerta a las personas mayores de 40 años debido al detrimento en su masa de células inmunológicas a causa de la edad. Otro sector preocupante son las personas con enfermedades subyacentes, cuya condición complica la influenza.
Advirtió que, de los fallecimientos relacionados, el 75 por ciento de las personas tenían padecimientos como diabetes, obesidad e hipertensión, mientras que el 25 por ciento restante no presentaba otra enfermedad.
Aguilar concluyó que la mejor manera de proteger a las personas que amamos es hacer un círculo de protección a través de la inmunización.
Al respecto, la doctora Pahud concluyó que la aplicación de la vacuna ayuda a proteger a quienes te rodean: “la vacunación no es una intervención dirigida exclusivamente a la niñez, sino que hay vacunas para todo el ciclo de vida y que deben aplicárselas según el grupo de edad y riesgo al que correspondan”.
Con información de Milenio