En una celebración a la vida, la lluvia también desfiló el Día de Muertos, eso hizo especial a este festejo en la capital del país.
En otras culturas la conmemoración a los muertos es grave, solemne y dolorosa, mientras que aquí, en la Ciudad de México, el Desfile de Muertos es un carnaval.
Se convirtió de forma vertiginosa (de 2015 a la fecha) en una cita esperada por cientos de miles de personas que se agolpan para presenciar el paso de comparsas, carros alegóricos, batucadas, zanqueros y enormes piezas de cartonería.
Este año el gobierno capitalino ensayó su propuesta de Día de Muertos reuniendo a todas las conmemoraciones en un festival que tiene su punto culminante en las calles de la zona centro.
La conmemoración a los difuntos pasó de ser exclusiva de los panteones y las ofrendas llenas de simbolismos y de una densa carga histórica y religiosa, a ser una celebración con bailes, acrobacias, humor y un colorido deslumbrante.
El primer Desfile de Muertos organizado por la Secretaría de Cultura de la CDMX agrupó a cerca de tres mil promotores, integrantes de colectivos independientes, a las Fábricas de Artes y Oficios (Faros), a los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares) de reciente creación, universidades –Filosofía y Letras de la UNAM y el Tecnológico de Monterrey que participa por primera ocasión–, pueblos originarios, y a cientos de voluntarios.
Toda la maquinaria cultural de la ciudad puesta al servicio de un desfile que se confunde en origen y fines con el efectuado una semana antes, pero que demuestra que aquí caben carnavales y festivales semanales.
El desfile de ayer fue más “artesanal” que su predecesor, menos espectacular en la dimensión de las figuras de cartonería utilizadas, pero no desmereció en el equilibrio de energía, simbolismos católicos y prehispánicos, y ambiente carnavalesco.
La combinación de la ofrenda monumental del Zócalo con las colocadas en diversos museos de la ciudad y el despliegue de espectadores nacionales y extranjeros demuestran que la conmemoración a los muertos está llena de vitalidad.
A pesar de la lluvia, el Mega Desfile de Día de Muertos en la Ciudad de México inició su recorrido a la altura de la Estela de Luz y culminó en el Zócalo de la Ciudad de México.
Alfonso Suárez del Real, secretario de Cultura, indicó que el desfile es un evento producido por equipos culturales, la red de Faros de la Ciudad de México, la Red de Pilares que por vez primera formó parte de este espectáculo familiar.
Entre aplausos y gritos, los asistentes recibieron los carros alegóricos, catrinas y catrines personificados como María Félix, Agustín Lara, Pedro Infante, Capulina, Cantinflas, Juan Gabriel y José José, desfilaron en Paseo de la Reforma y avenida Juárez.
Destacó el carro alegórico que realizó el Faro Oriente en colaboración con un grupo italiano; los europeos aportaron técnicas de cartonería y se llevaron el imaginario mexicano en la utilización de colores.
Con información de Excélsior