El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como “racistas”, “clasistas”, “mezquinas” e “inhumanas”, las expresiones de rechazo que suscitó la determinación de su gobierno de brindar “asilo por razones humanitarias” al exmandatario boliviano, Evo Morales Ayma.
Al referirse a las reacciones que se produjeron en contra del arribo de Morales Ayma a territorio mexicano, especialmente a la etiqueta en redes sociales #EvoNoEresBienvenidoEnMéxico, el presidente resaltó la tradición de asilo que ha brindado el país a diversos pueblos del mundo.
“Ningún país en el mundo tiene un historial tan consecuente y digno en materia de asilo, como nuestro país”, resaltó en su conferencia de prensa matutina.
Además, se dijo orgulloso de continuar con la política de asilo que ha mantenido nuestro país desde hace siglos.
La ocasión también la aprovechó para arremeter contra los opositores a su política exterior, y consideró que la llegada del mandatario depuesto a nuestro país, ha levantado voces en sectores “conservadores”.
“Es realmente menor y mezquino que quién paga los gastos, que por qué se les da casa y alimentos. Cosas por el estilo que demuestran una actitud muy elemental, muy propia del conservadurismo”, y cuando hablo del conservadurismo”, señaló: “No es que estén en contra mía, de Andrés Manuel, están en contra de la idea que represento”, añadió.
Y resaltó posiciones racistas que se han ocultado en nuestro país:
“No extrañarse de esto y ayudan estas cosas a que emerja, por ejemplo el racismo, se oculta, pero hay veces que sale porque está ahí”.
Al pisar el suelo mexicano por primera vez en su calidad de asilado político, el expresidente boliviano agradeció el martes al presidente López Obrador, porque, dijo, le “salvó la vida”. Asimismo, denunció un golpe de Estado que lo llevó a renunciar el domingo pasado, y advirtió que desde el exilio seguirá “en política, sigue la lucha”.
“Llegamos aquí sanos, gracias a México (…)” dijo Morales minutos después de su llegada al hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuando descendió del avión Gulfstream G550 que el gobierno mexicano envió ayer a Bolivia para trasladarlo a territorio nacional.
Con información de Proceso