Si el ser humano no cambia el rumbo rápidamente y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, un niño que nazca hoy llegará a vivir en un mundo cuatro grados más cálido que el promedio preindustrial. El calentamiento global afectará a su salud “desde la infancia y la adolescencia hasta la edad adulta y la vejez”, advierte un artículo publicado este jueves en la revista The Lancet. “En todo el mundo, los niños se encuentran entre los más afectados por el cambio climático”, añade. El texto recoge las conclusiones de la revisión anual que un grupo de expertos de 35 instituciones científicas y agencias de Naciones Unidas realiza desde 2015.
Estos especialistas, agrupados bajo la iniciativa Lancet Countdown, monitorizan 41 indicadores de impacto de la crisis climática, especialmente en la salud. “Las cosas siguen empeorando”, señala pesimista a EL PAÍS Hugh Montgomery, copresidente de Lancet Countdown y director del Instituto de Salud Humana del University College de Londres. “Y no hay ninguna acción significativa para abordar el problema”, prosigue Montgomery sobre la lentitud, cuando no parálisis, de la mayoría de los Estados a la hora de actuar ante este problema y reducir las emisiones.
“Los lactantes suelen ser los más afectados por los efectos potencialmente permanentes de la desnutrición”, recuerda el artículo. “Esta situación empeorará dramáticamente en los próximos años debido a los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, sequías, incendios, el aumento del nivel del mar y la intrusión de agua salada”, añade Montgomery.
El estudio alerta también que las olas de calor serán cada vez más frecuentes y largas, lo que afectará a la capacidad laboral mundial. Según las estimaciones de este grupo de expertos, en 2018 se perdieron 45.000 millones de horas de trabajo más que en 2000 en todo el mundo debido al calor extremo. Y para 2090, cuando ese niño que nace hoy tenga 71 años, el incremento medio de la temperatura rondará esos cuatro grados si los adultos de hoy no cambian el rumbo para desengancharse de los combustibles fósiles
Con información de El País