Bruselas ultima la creación de un fondo para la reconversión de las zonas carboneras de la Unión Europea que se verán afectadas por la transición hacia una economía libre de combustibles fósiles. Y, entre todos esos combustibles, el carbón –el más contaminante y el que más gases de efecto invernadero emite al generar electricidad– es el que está condenado a caer primero en la lucha contra el cambio climático. El fondo y la estrategia de “transición justa” están llamadas a ser piezas clave del New Green Deal, el gran programa verde que la Comisión pretende poner en marcha en los 100 primeros días de su mandato, que arranca el 1 de diciembre.
El fondo estará dotado con 5.000 millones de euros, aunque forma parte de un paquete en el que la Comisión espera movilizar hasta 35.000 millones de euros, según un borrador al que ha tenido acceso EL PAÍS. Según el documento, hasta 50 regiones europeas podrían acceder a los fondos, seis en España (Asturias, Aragón, Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía). La cuantía y diseño de ese plan, no obstante, genera cierta inquietud entre varias regiones afectadas, que temen que pueda tener un menor impacto del esperado.
El objetivo es ayudar tanto a las comarcas mineras como a los trabajadores de las centrales eléctricas que queman carbón, protagonista durante dos siglos del crecimiento económico de Occidente y ahora condenado.
La presidenta electa de la Comisión, Ursula von der Leyen, prometió que los esfuerzos para hacer más verde la economía de la UE irían acompañados de un “fondo para una transición justa”, cuyo diseño podría ser presentado en cuestión de semanas, según las fuentes comunitarias consultadas. La Dirección General de Política Regional y Urbana ha esbozado en un documento las principales pautas del nuevo instrumento.
Con información de El País