Es una vergüenza que San Luis Potosí sea considerado de los Estados de la República Mexicana con mayor porcentaje de corrupción, según las cifras que recientemente presentó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, que reportan que somos el cuarto peor evaluado, después de la Ciudad de México, Quintana Roo y Morelos, indicó Rubén Guajardo Barrera, presidente de la Comisión de Justicia del Congreso del Estado.
Al igual, en el reciente documento se indica que ocho de cada diez potosinos no denuncian haber sido víctimas de algún acto irregular, lo que deja entrever que el ciudadano se siente amenazado, desconfiado y además que no cree en sus instituciones, ante la baja efectividad.
“No hay que olvidar que estos sentimientos de impunidad, generaron la desconfianza que estamos observando hoy, y no nos queda más que recomponer el rumbo con políticas de buenas intenciones y no de simulación, así como reforzar a las instituciones con los mecanismos legales más adecuados para su operatividad”.
Estimó que uno de los grandes enemigos de la democracia, es sin duda la corrupción, por ello debe ser prioridad, acabar con ésta desde distintas trincheras y más cuando se sabe que se sancionó a los servidores públicos en un 82.1 por ciento por faltas no graves y 12 por ciento por faltas graves, tales como negligencia administrativa y omisión de la declaración patrimonial y conflicto de interés.
En 2018, fueron sancionados 40 funcionarios públicos por faltas graves en San Luis Potosí, colocándonos en la entidad numero 15 a nivel nacional con esta modalidad, es decir este problema, tiene el rostro de las instituciones del poder.
“Seguir en esta modalidad, puede ocasionar un fenómeno muy grave y que nos debe preocupar a todos, que es el de la generación de inversiones, pues está demostrado que los primeros en huir de está descomposición social, es el sector de la iniciativa privada, nos están pintando como una entidad altamente corrupta y se alejan quienes realmente quieren apostar por el crecimiento económico; mientras no cambien de mentalidad las instituciones, no se puede esperar un cambio real, lo que queda es apostarle a la prevención, rendición de cuentas y transparencia en todas sus modalidades”.