El pasado 9 de julio, Ricky Rubio confirmó su mudanza de Salt Lake City a Phoenix. Del hielo de las montañas al sol inclemente.
Lo cierto es que la decisión no fue iniciativa propia. La dirigencia del Utah Jazz le hizo saber, según las propias palabras de Ricky, que “no era la prioridad número uno ya”.
El base español, quien disputó playoffs en sus dos temporadas en el Jazz, escuchó ofertas y optó por hacer maletas con rumbo a una franquicia sin ídem: los Suns.
El Jazz y sus compañeros, en especial Donovan Mitchell, le rindieron pleitesía:
“Gracias por todo lo que has hecho por nosotros”, escribió Mitchell a modo de despedida. En Phoenix, Rubio apenas tuvo tiempo para el luto; se enjuagó las lágrimas y puso manos a la obra en la reconstrucción de un equipo que había naufragado en el último curso (19-63, último lugar del Oeste), pese a la adquisición de DeAndre Ayton, el flamante primer pick del draft 2018. Monty Williams en la comandancia central. Mucho por hacer y mucho por jugar.
La influencia de Rubio ya es palpable. Hoy, los Suns ocupan el octavo sitio del Oeste (11-13), son el quinto equipo que más anota (115.4 puntos de media) y el que más asiste (28.4).
Puro Ricky, quien es el tercer mejor repartidor de la liga (9.2, detrás de Luka y LeBron). Y eso que Ayton se ha perdido la temporada por dopaje ‘involuntario’ por un diurético. Ricky es la guía de los rejuvenecidos Suns:
“Su juego habla por él. Su habilidad de hacer a sus compañeros mejores con el pase. Leyendo a las ofensivas. Aún no tenemos equipo completo y eso me emociona porque Ricky tendrá la oportunidad de compaginarse con DeAndre Ayton en los pick&roll. En todos los lugares en los que ha estado, ha hecho mejores a sus compañeros. No puedes decir eso de muchos”, se ilusionó Monty Williams consultado por AS en la previa del encuentro que los Suns sostendrán contra los San Antonio Spurs en la Arena Ciudad de México.
Williams siguió alabando la disposición de Rubio para aprender y enseñar; comprometerse en juego, ahora que las lesiones le han brindado una tregua, al contrario de su paso en Minnesota: “Es uno de los jugadores más ‘entrenables’ con los que he estado. Tenemos muchas conversaciones sobre el equipo, nuestra cultura de juego y he aprendido muchísimo hablando con él”.
El coach considera que Ricky sí es capaz de cargar con la responsabilidad: “Probó el verano pasado que puede guiar a su equipo a un campeonato, con España en el Mundial. En realidad estoy disfrutando tenerlo como nuestro guardia”.
Devin Booker también se rinde al exBarcelona: “Nos ha ayudado de forma tremenda. Conoce todos los aspectos del juego. Su liderazgo. Su capacidad de hacernos rendir cuentas cuando el equipo muestra alguna fisura, él la corrige. Si pones a la gente correcta en determinas ocasiones en el tiempo correcto… eso es Ricky Rubio para nosotros”, compartió.
13.2 puntos por noche, 9.2 asistencias y 4.6 rebotes y hablan por él. Estoy en el mejor momento de mi carrera y estoy disfrutando”, se sinceró antes de impartir una clínica de baloncesto en la duela de la Arena CDMX. Mañana será otra oportunidad para demostrar que Utah debió considerarle una prioridad.
Con información de AS México