Si cerca de tu casa, trabajo, escuela o donde sea que te encuentres, hay un panal, no tengas miedo. Las abejas solo te picarán si las molestas, así que evita perturbarlas, pero no las mates.
Las abejas son uno de los polinizadores más importantes para el planeta: 1 de cada 3 alimentos dependen de ellas para su producción, e indirectamente nos proveen de productos como ropa, cera, cosméticos, miel, e incluso oxígeno.
México es uno de los países con mayor diversidad de abejas en América, con alrededor de 2000 especies, aunque generalmente las asociamos con un insecto marrón con franjas oscuras en el abdomen, la especie Apis mellifera, es la más utilizada por los productores de miel.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), México cuenta con 2 millones 300 mil colmenas, más de 43 mil apicultores y es el séptimo país productor de miel a nivel mundial, con 60 mil toneladas al año.
Sin embargo, desde la década de los ochenta, la llegada de las abejas africanizadas al país cambió la relación que tienen las personas con estos insectos, debido al temor que ocasiona la posibilidad de ser atacado por el panal.
Desde entonces, en la Ciudad de México se implementó un protocolo de exterminio, y es que cada que se realiza un llamado de emergencia por la presencia de abejas, los bomberos acuden con la finalidad de deshacerse de ellas matándolas, y no reubicándolas, como sería ideal para su conservación.
Por ello, grupos como Efecto Colmena buscan cambiar la forma en la que las personas se relacionan con estos insectos, y cambiar la cultura del exterminio por una de reubicación y conservación.
Jerónimo Quiroz, apicultor integrante de Efecto Colmena, explicó en entrevista con Animal Político que actualmente, en la Ciudad de México las abejas viven en riesgo debido a la cultura de exterminio, así como a los niveles de contaminación, que afecta su calidad de vida y la de la miel que producen.
“Las abejas son como un termómetro en el ecosistema, porque si el agua o el aire están contaminados les afecta, así como el cambio climático, porque las plantas comienzan a florear a destiempo, y ellas se deben adaptar”, señaló.
Con información de Animal Político