Comer 12 uvas para celebrar la llegada del año nuevo, una por cada campanada del reloj a media noche para pedir deseos. pero su consumo va más: por su alto valor nutricional, son el mejor regalo de año nuevo para el cuerpo humano, indicó José Francisco Montiel Sosa.
El académico y secretario general de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM detalló que las uvas contienen antioxidantes e importantes valores nutricionales, tanto frescas como procesadas: limpian las arterias; protegen el corazón; son ricas en vitaminas, minerales y ácido fólico, además de ser regeneradoras. “Son un alimento ideal”.
También son ricas en vitaminas A, C, E, B1, B2, B3 y B6; en minerales como calcio, fósforo, sodio, potasio, hierro, cobre, magnesio y zinc, así como en ácido fólico, glucosa y fructuosa.
“En la FES Cuautitlán contamos con un área donde analizamos frutas y hortalizas. Nos dedicamos a estudios moleculares aplicados a los alimentos, y ahora, con el etiquetado de alimentos, trabajamos con técnicas moleculares para saber si son alterados o tienen modificación genética”, explicó.
Según las más recientes cifras oficiales (2017), el consumo nacional de uvas alcanza las 275 mil toneladas métricas; la producción en nuestro país es de 351 mil toneladas, y la exportación de 157 mil, siendo Estados Unidos el principal comprador.
México exporta, pero también importa este producto, sobre todo de Sudamérica, Chile y EU. En nuestro territorio, 63 por ciento de las uvas se destina a consumo en fresco; 24.4 a la elaboración de vinos y jugos; y el 12.6 por ciento restante se deshidrata.
“Aquí su uso es básicamente como uva de mesa, pero a nivel industrial ha crecido su manejo para la elaboración de vino. Además de Sonora, que produce aproximadamente 70 por ciento de la uva y representa el 88 por ciento de las exportaciones, está Baja California y Zacatecas, donde se destina, en su mayoría, a la producción de variantes de vino”, refirió José Francisco Montiel.
Con información de Debate