Las mujeres que tienen sexo al menos una vez por mes presentan menor riesgo de una menopausia temprana que aquellas con vidas sexuales poco activas, mostró una reciente investigación que apuntó a un aparente traspaso de las energías durante diversas etapas biológicas.
Un estudio de datos tomados a casi tres mil mujeres en Estados Unidos mostró que las mujeres que dijeron tener una actividad sexual semanal o más frecuente -incluyendo coito, sexo oral o autoestimulación- tenían un 28 por ciento menos de probabilidad de experimentar menopausia a una edad temprana que las mujeres que tienen sexo menos de una vez al mes.
“Si una mujer no está teniendo sexo, no hay posibilidad de embarazo, entonces el cuerpo ‘decide’ no invertir en la ovulación, como si lo considerara una pérdida de tiempo”, dijo Megan Arnot, candidata a PhD de la University College London (UCL) y codirectora de la investigación.
Arnot dijo que los hallazgos ofrecían más argumentos a la idea de que la menopausia humana originalmente evolucionó para reducir el conflicto reproductivo entre generaciones de mujeres, y para permitir que las mayores mejoraran sus estados físicos invirtiendo en el cuidado de nietos.
Las mujeres son más susceptibles a presentar enfermedades durante la ovulación porque sus sistemas inmunes están deprimidos durante ese periodo.
Arnot dijo que el aparente “intercambio biológico” se produce porque no tendría sentido para el cuerpo invertir energía en el proceso de ovulación si una mujer está teniendo poco o nada de sexo y por lo tanto es poco probable que quede embarazada, de modo que el cuerpo desvía recursos energéticos para protegerse y cuidar de sí mismo.
“Por supuesto, la menopausia es inevitable en las mujeres y no existe ninguna intervención mediante el comportamiento que pueda evitar el cese de la etapa reproductiva”, dijo Ruth Mace, profesora de antropología en la UCL y que trabajó en el estudio junto a Arnot.
“Sin embargo, estos resultados son una señal preliminar de que el momento de la menopausia puede ser adaptativo dependiendo de la posibilidad de que una mujer se embarace”, afirmó.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Royal Society Open Science.
Con información de La Jornada