Los retos para preservar una lengua en México radican en revalorizar la diversidad de lenguas, reconocer a los diferentes hablantes, trasmitir la lengua materna, recuperar el vocabulario y las reglas gramaticales, formar lingüistas con lengua mesoamericana y hacer mejores diccionarios, aseveró el Dr. en Ciencias Sociales, Juan Pedro Viqueira Albán.
Al ofrecer la conferencia magistral Las lenguas mesoamericanas. Un enfoque histórico, efectuada en el Museo Nacional de Arte (Munal) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), dentro del ciclo Voces de la tierra. Lenguas indígenas, el también maestro en Historia por el Colegio de Michoacán afirmó que mientras más gente sea capaz de leer textos en lenguas mesoamericanas, mejor se van a conservar.
Refirió que al estudiar desde 1986 la historia de Chiapas se interesó por profundizar en las lenguas mesoamericanas.
Explicó que actualmente hay zonas muy marcadas donde aún se preservan las lenguas y otras en las que han desaparecido por completo, por lo que un equipo de investigadores y lingüistas se ha dado a la tarea de analizar qué fue lo que sucedió en diferentes regiones para que en unas zonas desaparezcan y en otras se conserven.
Viqueira Albán, profesor-investigador del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México (Colmex), mencionó que los dialectos se derivan de una lengua que puede ser, por ejemplo, el tzotzil y al contar con diferentes variantes según la región es difícil determinar el número de lenguas.
Van cambiando con el tiempo y si las personas que las hablan se instalan en diferentes territorios, éstas evolucionan de manera distinta y se diferencian hasta que un pueblo no las entiende, aunque esas lenguas distintas probablemente tengan como origen una lengua común, expuso.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que hay más de 60 lenguas; algunos lingüistas afirman que existen alrededor de 100, y hay quien comenta que son más de 200, pero no se tiene un criterio objetivo para distinguir dialecto de lengua.
Asimismo, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) intentó hacer un catálogo de dialectos al interior de cada lengua, pero es un trabajo de campo que requiere de gente capacitada y de muchos recursos económicos para realizarlo.
A la llegada de los españoles había entre 100 y 200 lenguas distintas, más las de los habitantes de Aridoamérica. Varias de ellas contaban con sistema de escritura, como los olmecas y mayas, que desarrollaron una escritura más sofisticada con componentes fonéticos.
Los frailes españoles -indicó- empiezan a hacer diccionarios bilingües y al no encontrar en el alfabeto latino los sonidos de las palabras que escuchaban, inventan combinaciones de consonantes y conceptos.
El náhuatl se consideraba una lengua de prestigio, por lo que muchos documentos se escribieron en ésta; además existe una gran cantidad de ellos que datan de los siglos XVI y XVII.
Recordó que el México independiente en el siglo XIX empieza el declive de las lenguas, el número de hablantes disminuye; los padres ya no trasmiten la lengua materna a los hijos, y el factor más importante para no hablar una lengua es la discriminación.
El reto, señaló, es revalorizar la diversidad de lenguas en México, reconocer a los diferentes hablantes, transmitir la lengua materna, recuperar el vocabulario y las reglas gramaticales, formar lingüistas cuya lengua materna sea mesoamericana y editar mejores diccionarios, entre otros.