El mexicano Daniel Stamatis nunca pensó que dos días después de que regresara a China tras de asistir a una boda en México, quedaría sitiado al ser puesta en cuarentena la ciudad de Wuhan, debido al brote del nuevo coronavirus.
Su hogar desde los últimos siete años ha sido precisamente la ciudad de Wuhan, el epicentro donde se ha originado la nueva cepa que ha cobrado la vida de al menos 80 personas y ha infectado a más de 2 mil 700.
Antes de esta nueva epidemia esta ciudad con 11 millones de habitantes, que el propio Stamatis describe como “contaminada” y “en construcción” no evocaba nada puertas afuera, y en apenas unos días se ha colocado en la mira del mundo al ser el punto de origen del coronavirus 2019-nCoV.
En una entrevista para BBC, Daniel, de 36 años, relata cómo han sido sus días de encierro luego de que las autoridades chinas declararan en cuarentena a Wuhan y otras ciudades con numerosos casos de coronavirus.
Detalla que el día 17 de enero tomó un vuelo desde México para regresar a China, donde estudia arquitectura con bambú, sin embargo, dos días después estalla la alerta por el nuevo virus.
Asegura que desde que inició la cuarentena se mantiene prácticamente aislado, comunicándose sólo por internet. Ni siquiera ha podido encontrarse con su novia, con quien vive, pues la cuarentena se activó cuando ella se encontraba en Suzhou con su madre y “ya no la dejaron entrar”.
Su nombre ha aparecido en numerosos medios de comunicación luego de que el pasado sábado solicitara ayuda a través de Twitter a las autoridades estadounidenses y mexicanas para regresar a su país en uno de los aviones que EU anunció que enviaría a Wuhan por sus ciudadanos, ya que él cuenta con visa americana.
Al salir a las calles, que suelen estar atestadas de gente yendo de aquí para allá, la situación es la misma: desiertas. Los únicos sitios que se encuentran más concurridos de lo habitual son los supermercados, donde la gente hace largas filas para poder llevar frutas frescas a sus casas.
Pese a la alerta que se mantiene en China y más países por la expansión del coronavirus, Daniel asegura que por el momento se siente tranquilo, pues cuenta con alimentos suficientes y su salud se mantiene bien.
“No estoy desesperado porque de algún modo estoy bien, tengo comida, me siento bien físicamente, no he visto a nadie morirse en la calle…”, relata.
Daniel explica que para poder apreciar mejor los efectos sociales que tendrá la cuarentena será necesario esperar a que finalicen las celebraciones del Nuevo Año en China, y ver cómo la gente intenta retomar sus actividades.
Mientras tanto, él se mantiene a la espera de recibir una respuesta contundente por parte de la embaja y el consulado estadounidense en México, quienes asegura que lo contactaron tras la difusión de su petición, respondiendo que era probable y tendrían en cuenta su caso. A su vez, el Gobierno de EU se encuentra a la espera de que China apruebe el envío de sus aviones para retirar a sus ciudadanos en Wuhan.
Con información de Debate