¿Cuidar la ropa te parece un hábito de que asocias a madres y abuelas? En una época donde nos parece que el tiempo no alcanza y donde todo es fácilmente desechable y reemplazable, la atención puesta al cuidado de nuestras prendas pareciera ser cosa del pasado.
Pero poco a poco va resurgiendo para muchos la necesidad de un vínculo más sano y sustentable con todo lo que tenemos, de recuperar hábitos perdidos, vinculados al cuidado y la revalorización de nuestras pertenencias, buscando alargar su ciclo de vida y el logro de un estilo de vida más consciente y “slow”.
Veamos algunos tips a tener en cuenta para hacer durar nuestra ropa al máximo y adoptar prácticas de lavado más sustentables.
Identifica el tipo de tela y sus particularidades
Cada tela requiere de distintos cuidados. Saber distinguir de qué está hecha nuestra ropa es el primer paso para saber cómo cuidar bien de ella. Descubre cuánto realmente sabes sobre telas y aprende con esta divertida trivia. Interpreta el significado de las etiquetas.
Las etiquetas nos dan información más que valiosa: por un lado, nos detallan la composición de fibras (ejemplo: 100% algodón) y el origen (ejemplo: Hecho en India). Por otro lado, nos dan indicaciones sobre el lavado, planchado y el tratamiento para esa prenda. Aquí puedes encontrar un gráfico muy útil con cada uno de los símbolos y su significado para tener a mano y consultarlo cada vez que lo necesites.
Disminuye la frecuencia del lavado
Lo ideal es lavar lo menos posible. Está demostrado que el nivel de bacterias en un par de jeans que se usa durante solo dos semanas es prácticamente el mismo que el de uno usado durante 450 días. Además, ¿sabías que usar un par de jeans 10 veces antes de ponerlos en la lavadora puede ayudarnos a reducir el uso de agua hasta en un 77%?
Lava a mano
Lavar a mano es menos agresivo para las prendas. Si bien no siempre es posible, al menos intenta hacerlo con los tejidos más delicados que requieren de mayor cuidado.
Evita el desprendimientos de microplásticos
Las telas sintéticas, con las cuales se hace más de la mitad de toda la ropa que se produce, liberan durante el lavado miles de millones de pequeñas partículas de plástico o “microfibras”, que fluyen por nuestros desagües, y entran en el océano y la cadena alimentaria: una razón más por la cual reducir la frecuencia del lavado, centrifugar en un modo bajo y llenar bien (sin sobrecargar) la lavadora en cada ocasión.
Elige a consciencia los productos de lavado
Los detergentes convencionales pueden contener ingredientes nocivos para los ecosistemas y la vida marina. Busca o elabora opciones más ecológicas, libres de fosfatos y hechos con ingredientes vegetales y naturales (en lugar de derivados del petróleo). Los suavizantes, por ejemplo, se pueden reemplazar por una taza de vinagre blanco durante el ciclo de enjuague.
Aprende cómo sacar cada tipo de mancha
No es lo mismo una mancha de aceite, que una de vino o de maquillaje. Por eso es importante saber cómo tratar cada tipo particular. Aquí vas a encontrar una práctica infografía para saber cómo lidiar con las manchas más comunes sin desesperar!
Lava con agua fría
¿Sabías que 90% de la energía usada para lavar la ropa se destina a calentar el agua? Esto implica un mayor gasto de energía y un mayor costo para tu bolsillo. Elige la temperatura más baja posible en función del tipo de prenda y de tu necesidad específica.
Seca al sol
Las secadoras utilizan mucha energía y emiten una gran cantidad de dióxido de carbono. Colgar la ropa al aire libre es un método menos agresivo que te permite hacer durar tu ropa mucho más, utilizando energía solar gratuita.
Con información de Bioguía