El ex director de Pemex, Emilio Lozoya, lleva un día en la prisión de Alhaurín de la Torre, ubicada en Málaga, España, un sitio en el que de acuerdo con algunos reclusos tiene como característica el tráfico de drogas y una temperatura en celdas de hasta 42 grados durante el verano. Además, ex presos afirmaron que dentro del penal se escucha que llegó un mexicano “muy importante”.
Es un penal, principalmente, para presos preventivos, es decir, en espera de ser enjuiciados, aunque también hay quienes cumplen penas de hasta 15 años.
Ahí, el movimiento es constante porque llegan familias, a quienes se les ve ingresar ropa. Fuera de la cárcel se pueden presenciar rondines de la Guardia Civil. El ambiente es tranquilo y, pese a que es invierno, el calor del medio día es demasiado. Alhaurín de la Torre está rodeada de montañas y a dos kilómetros se pueden ver algunas casas recién construidas.
Tiene un amplio estacionamiento y una parada de autobús para la gente que llega desde Málaga, que se ubica a unos diez kilómetros. Los testimonios de algunos presos confirmaron que al interior hay sobrepoblación, ambiente violento en varios de los módulos y el tráfico de drogas constante. “Esto es como todo, si tienes dinero se puede vivir bien; contar con la familia es importante porque de lo contrario estás perdido.
El ambiente claro que no es el mejor, es violento en algunos módulos. De hecho, cuando estuve dentro murieron dos por sobredosis de droga”, explicó Mohammed, un marroquí que apenas hace cuatro meses recuperó su libertad. Te recomendamos: Prisión Provincial de Málaga, la cárcel donde Emilio Lozoya dormiráOsorio Chong se desmarca de Emilio Lozoya; no todas las decisiones las tomaba Peña Volvió a la prisión de Alhaurín de la Torre, pero en calidad de visitante, “vine a ver a un familiar”, contó. Después, describió cómo son las celdas que conoció durante su estancia. “Todas las celdas son compartidas. Tienes un mueble que divide el cuarto. Una litera, un escritorio, un mueble para competir y el baño”, comentó. A la salida de Alhaurín de la Torre se puede reconocer fácilmente a los abogados. Todos llevan corbatas y una pila de papeles. Martín, malagueño, visitó a su cliente y coincidió en que la cárcel está sobrepoblada, “como todas”. Resaltó que Emilio Lozoya, como cualquier otro preso, puede solicitar el cambio de prisión siempre y cuando lo justifique ante instituciones penitenciarias, dependientes del Ministerio del Interior de España.
Esperando el autobús que lo lleve de regreso a Málaga, Iván, otro ex recluso que fue a visitar un familiar en compañía de un grupo de amigos, aseveró que dentro del penal se corrió la voz de que había llegado un mexicano “muy importante”. Encarcelado por tráfico de drogas, Iván advirtió que el ambiente “es complicado allí adentro” porque hay grupos que quieren imponer su ley a costa de la violencia y las amenazas. “Lo pasará mal”, predijo.
Con información de Milenio