El titular del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, celebró que la cena realizada el miércoles pasado con el presidente Andrés Manuel López Obrador se realizara a “la luz del día” y no en lo “oscurito”, como sucedía en el pasado.
Indicó que la invitación a Palacio Nacional fue personal y no por medio de instituciones, por lo que no se obligó a ninguno de los asistentes a comprar boletos para el sorteo que se realizará para reunir fondos que ayuden a la compra de medicamentos y equipo médico para los distintos hospitales del país.
“Yo celebro que lo hayan hecho a la luz del día y que todo mundo esté enterado. Estas reuniones ya se habían hecho en el pasado y siempre en lo oscurito. Se les pedía dinero a algunos y en lo oscuro. Aquí fue abierto y el que quiso lo hizo y el que no quiso no lo hizo”, aseguró en entrevista al término del Consejo Nacional del CCE.
Salazar Lomelín dijo que a él no le pasaron ninguna charola en ningún momento y que disfrutó de la cena en Palacio Nacional. “Los tamales estaban buenísimos y el de chocolate mejor”. Manifestó:
“La invitación fue personal, no fueron las organizaciones. Ninguna organización fue ahí con la bandera de que yo represento a los comercios, servicios y bancos ni a nadie. Había 150 personas y solamente 75 cooperaron, así de abierto fue. Estaba abierto a que dijeras ‘yo voy a poner eso, yo no tengo boletos, voy a comprar un boleto porque quiero sacarme los 20 millones de pesos, a lo mejor compro más de uno’”.
SIN INFLUYENTISMO
Respecto a la tamalada, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no va a existir influyentismo a favor de los empresarios que decidieron comprar boletos para la rifa. “Yo no soy Salinas. Digo, sí calienta eso”, comentó. Durante su conferencia matutina, el mandatario negó que su gobierno esté “pasando charola” a los empresarios.
Por el contrario, dijo, se están sumando a un plan de gobierno para mejorar los servicios de salud. “Nosotros no vamos a darle beneficio a nadie fuera de la ley. Aquí no hay preferencias, no hay influyentismo… Es que ese es el problema, nos confunden. Yo no soy Salinas. Digo, sí calienta eso… imagínense, tantos años de lucha de mantener en alto nuestros ideales, nuestros principios, para caer en el influyentismo”, señaló.
Adelantó que no va se van a hacer públicos los nombres de los empresarios que decidieron comprar cachitos, pues legalmente no están obligados a hacerlo. Por tanto, dijo que sería inconcebible que se hiciera algo para beneficio personal, porque ya se anunció que los recursos son para equipos médicos.
“Fue muy buen encuentro… se portaron muy bien, les agradecemos por participar, por acudir a la convocatoria, porque no es un asunto obligatorio. Ellos contribuyen, pagan sus impuestos y con eso el gobierno tiene el presupuesto para atender las demandas de los ciudadanos”, apuntó.
El Presidente reiteró que los empresarios apoyan de manera voluntaria la compra de cachitos de la Lotería Nacional para la rifa del avión presidencial, por lo que negó que se trate de una extorsión, como lo señalaron algunos integrantes del PAN. “Ellos saben de qué se trató o que les pregunten si hubo una insinuación”, retó.
CLAVES LA CENA
Como parte de la estrategia para vender el avión presidencial, el presidente López Obrador convocó a una cena a 150 empresarios, a quienes solicitó ayuda para la rifa de la aeronave.
COMPRAR CACHITOS
La intención del mandatario era que los empresarios se comprometieran a comprar cachitos para el sorteo, aportando de 20 a 200 millones de pesos cada uno.
LA APORTACIÓN
Al día siguiente, López Obrador confirmó que 75 empresarios se comprometieron a comprar 3 millones de cachitos, lo que equivale a mil 500 millones de pesos.
Con información de Milenio