Adolfo y Víctor Montoya Santillan son dos personas de las que seguramente leyó pero no muy probablemente no lo sepa. Se trata de los dos hermanos asesinados en la Col. Satélite el 3 de Enero del 2019. El modo en que murieron podría ser el que cualquier persona podría sucederle muy lejos del modo en el que quisieron manipular la formación las autoridades, muy cerca de la indefensión en la que vivimos día a día.
Una tarde Victor iba pasando por donde se desarrollaba una fiesta organizada por José L. N. y Mayra Leticia N. quienes despojaron a Víctor de un teléfono celular, Víctor logró salir con vida de aquel asalto sin embargo quizas en la juventud de Víctor o la necesidad de justicia que todos sentimos, Víctor busco a sus amigos para regresar a la fiesta donde le habían quitado el telefono y recuperarlo y se regresó a su hogar donde su familia ignorante de los hechos lo veía llegar alterado y con algunos golpes sin pensar que lo peor aun estaba por venir.
Dentro de la casa y ajeno al conflicto se encontraba su hermano Adolfo de 23 años jugador de básquetbol, estudiante de Ingeniería y quien pese a su edad había logrado un excelente puesto laboral como gerente de Cinemex Citadela se estaba preparando para ver a su novia, fuertes gritos y destrozos hizo que saliera de su casa, aún no preguntaba qué sucedía cuando Mayra Leticia N. Lo sujetó por el cuello clavandole un pica hielo en forma múltiple y aún con Adolfo consiente clavo una vez más el pica hielo en su pecho, Víctor salió nuevamente de la casa, fue imposible no hacerlo. Existe una frase de William Shakespeare que yo utilizo mucho. “El amigo acude al amigo como la sangre a la herida” con mayor razón un hermano, desafortunadamente la cruda escena que vería antes de ser asesinado superó todo lo que pensó que pasaría, con Adolfo en el piso bañado en sangre y como si no hubiera sido suficiente Adolfo recibió un escopetazo en el pecho.
Víctor en medio del caos trató de escapar tras ver a su hermano asesinado pero un escopetazo en la espalda lo detuvo y como si para los homicidas no hubiera sido suficiente la saña con la que se cometieron los asesinatos se dieron el tiempo de dispararle en la cara anterior del cuello y cercenarle una oreja a Víctor cual trofeo dantesco.
Una historia con ese horror del que pareciera la gente se está acostumbrando, una historia que es menos grave si se inventa una versión con la verdad a modo, es más fácil criminalizar a las víctimas para que nadie pida justicia. Decir “Eran pandilleros” evitó que la gente exigiera justicia y logro que ademas bajo ese estigma se justificaran los hechos.
Dos hijos asesinados, una mujer detenida por homicidio calificado 4 personas que participaron y siguen en libertad ajn existiendo las correspondientes órdenes de aprehensión.