Participó la secretaria técnica del INAH, Aída Castilleja, quien considera necesario abrir foros públicos sobre el tema para desterrar miedos infundados.
Ante el panorama internacional derivado de la enfermedad llamada COVID-19, y la necesidad de generar foros para informar de manera sólida y responsable, el Museo Nacional de las Culturas del Mundo llevó a cabo el conversatorio “Coronavirus (COVID-19): mitos, realidades y desafíos”, con la participación de especialistas mexicanos y autoridades de la Embajada de China.
En representación del director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, la secretaria técnica, Aída Castilleja González, dijo que la institución, al estar abocada a la investigación antropológica e histórica en sus diferentes especialidades, y dada su función social en términos de la difusión del conocimiento, no puede permanecer ajena al tema del COVID-19, de ahí el interés de generar este tipo de foros para informar con voces autorizadas sobre estos procesos, y contribuir a no irradiar miedos infundados, señaló.
“Del Coronavirus sabemos que se ha desarrollado en muy corto tiempo y que ha incidido en distintos ámbitos de la vida local, nacional e internacional, por lo cual es un tema que debe ser atendido en sus múltiples y complejas dimensiones. Hace más de mes y medio se detectó el primer paciente, en la ciudad de Wuhan, y el 30 de enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que este nuevo brote es una emergencia de salud pública internacional”, dijo Aída Castilleja.
En su intervención, Ma Zhen, primer secretario de Asuntos Políticos y portavoz de la Embajada de la República Popular de China, refirió que la enfermedad tiene una tasa alta de contagio; sin embargo, la tasa de mortalidad en Wuhan ronda el 3% de los infectados, y fuera de la ciudad baja al 0.7%, la cual es mucho más baja que el SARS o el H1N1 que experimentó México en 2009.
Los afectados tienen una edad promedio de 51 años, de los cuales el 77.8% ronda entre los 30 y 70 años, según la OMS, y de acuerdo con la prensa china, la mortalidad se da en personas mayores de 68 años y con enfermedades crónicas. En la última semana, los nuevos casos confirmados en la provincia de Hubei han mostrado una tendencia a la baja, y en el resto del país asiático lleva más de 20 días en disminución”.
El doctor Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud y de la Red del Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana de la UNAM, destacó que desde muy tempano, gracias al oportuno aviso de China y la OMS, se establecieron grupos de trabajo para actualizar las regulaciones y manuales de procedimiento, valorar la capacidad del sector de salud en cuanto a los insumos que se requieren para atender a un probable número de pacientes, y estar listos para dar una respuesta al inicio del primer caso sintomático.
Se ha puesto énfasis en establecer y comunicar medidas de prevención para limitar su contagio (es un virus que se propaga por gotas de saliva al toser o estornudar, es muy contagioso y tiene mayor incidencia en personas con padecimientos respiratorios), entre ellas la higiene personal, el lavado frecuente de manos, la desinfección con alcohol o clorhexidina, y educación para detectar los síntomas.
“El mayor número de casos está concentrado en China y ciertamente ha habido una disminución en la provincia de Hubei, el epicentro. Lo que vemos ahora es un crecimiento más allá de las fronteras de China y es donde aumenta la incertidumbre en relación con ¿qué va a pasar? Parece que es inevitable el hecho de que el virus se va a extender a lo largo de todo el planeta, de hecho, hoy está presente en todos los continentes. La mayor preocupación son los países que tienen una infraestructura médica menos desarrollada y sistemas de atención a la salud limitados, donde se diagnostican casos en un grado de desarrollo avanzado o bien no hay datos”.
También participó el doctor Tomás Loza e Hidalgo, maestro en Ciencias Biomédicas por la UNAM e investigador de Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco, quien dijo que “desde el punto de vista microbiológico no tenemos manera de incidir en el problema, pero debemos poner énfasis en nuestros sistemas de organización social, como el sistema educativo, a través de escuelas primarias, secundarias, universidades, para reforzar la información y las actitudes de colaboración social. Es necesario divulgar información concreta en espacios públicos.
“La parte médica especializada hay que dejarla a los médicos y el sector salud, pero el problema de la información y la desinformación se debe solucionar con eventos como este, realizados por instituciones públicas y universidades que permeen al nivel popular”.
El conversatorio fue moderado por el doctor en Ciencias Sociales y Salud por la Universidad de Barcelona e investigador del Centro INAH-Morelos, Paul Hersch Martínez.