El Museo Mural Diego Rivera (MMDR) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) inauguró la exposición colectiva No traigo para el camión: alumnos de Tamayo, Rivera y Mérida. Escuela Central de Artes Plásticas, 1928-1932, actividad que tiene como objetivo retomar la obra de jóvenes promesas de la plástica mexicana de ese tiempo.
El curador Raúl Cano expuso que dicha exhibición es un círculo que inició en 2015 con una retrospectiva de Rosendo Soto, artista multifacético. Ahora, éste regresa siendo un adolescente con sus compañeros de generación, que fueron Ángel Bracho, Rafael Valderrama Carrington, Alfonso Alarcón, Pedro Rendón, Jesús Cisneros, Manuel Santander y José Barbosa, entre otros.
Afirmó que dicha exposición rescata la primera muestra que hicieron todos ellos en agosto de 1930 en la Galería de Arte Moderno del Teatro Nacional.
El curador recordó que esta retrospectiva fue un premio que Diego Rivera hizo sobre sus alumnos más avanzados, antes de que el muralista abandonara la academia en medio de una situación turbia, cuando el consejo estudiantil impone a Vicente Lombardo Toledano como director.
Éste, al principio, continúa el camino trazado por Rivera, pero más tarde hace modificaciones, lo cual creó confrontaciones entre estudiantes.
Asimismo, Rufino Tamayo y Carlos Mérida también seleccionaron a sus mejores alumnos para exponer allí. “En pocas palabras, desde hace 90 años nadie se ha atrevido a mostrar una exposición colectiva con estos alumnos de talento natural para la plástica”, añadió.
No traigo para el camión… es un intento por rescatar del olvido a todos esos alumnos y se centra en los que finalmente abrazaron la profesión artística, dijo Cano.
Comentó que a lo largo del siglo pasado y de éste se han montado infinidad de exposiciones sobre la labor de Rivera como pintor, muralista o maestro, pero nunca se había volteado a ver a sus alumnos, a pesar de que muchos de ellos eran talentosos.
Sobre el título de la colectiva, explicó que al investigar y seleccionar material se percataron que en la parte posterior de un cuadro de Valderrama Carrington -el primero de toda la colectiva- aparece escrito un recado para el portero: “Señor, le entrego estos cuadros para la exposición. Favor de entregárselos al profesor Rufino Tamayo, porque no me los puedo llevar por no tener dinero para el camión”.
Este recado, dijo Cano, demostraba que los alumnos de Rivera, Tamayo y Mérida eran adolescentes y muchos de ellos eran artistas ya logrados, pero sus recursos económicos eran limitados.
Más allá de esta anécdota, Cano aseguró que los cuadros de esos alumnos -en su mayoría hijos de obreros- están adelantados para la época, es decir, de 1928 a 1932, que es el periodo de auge de la Escuela Central de Artes Plásticas.
Curiosamente, ellos no querían fama ni dinero, sino hacerse un camino en el arte mexicano, crear arte por el arte mismo y convertirse en un semillero de ideas posrevolucionarias del muralismo, sin saber que ellos fueron el origen de este movimiento pictórico.
Añadió: “Diego Rivera arropó a algunos de ellos, luego de haber sido expulsados de la academia. Es el caso de Pedro Rendón, a quien el propio Rivera veía como su sucesor o Rafael Valderrama Carrington, quien fue considerado una de las promesas de la pintura mexicana, a tal grado que Tamayo le organizó exposiciones junto a María Izquierdo”.
Cano consideró que No traigo para el camión… busca ser una muestra pionera que abra un nuevo campo de investigación, es decir, ir más allá de los estudios académicos y convertirse en la voz de otros protagonistas.
En tanto, Mariana Munguía, coordinadora nacional de Artes Visuales del INBAL, dijo que la colectiva, compuesta por más de un centenar de objetos, contextualiza un episodio poco conocido del arte moderno mexicano y recupera la memoria de algunos estudiantes que, pese a su talento, quedaron rezagados u olvidados por el canon oficial.
Señaló que, durante la gestión de Diego Rivera en la Escuela Central de Artes Plásticas creó un nuevo plan de estudios para profesionalizar a los artistas, dando cabida a los obreros y sus hijos, con lo cual se crearon alumnos inquietos y creativos.
A su vez, Marisol Argüelles, directora del Museo Mural Diego Rivera, aseveró que la muestra presenta una exhaustiva investigación en torno a una generación de pintores que ha quedado en el olvido, además de recuperar una parte de la historia del arte en México. La muestra estará abierta al público hasta el 7 de junio.