Mali, en el África occidental, tiene aproximadamente un ventilador por cada millón de habitantes, 20 en total para ayudar a los enfermos graves con insuficiencia respiratoria. En Perú, con más de 32 millones de habitantes, hay unas 350 camas en unidades de cuidados intensivos.
El coronavirus está acercándose ahora a partes del mundo que podrían estar entre las peor preparadas para afrontar la pandemia. Algunos países de África y Latinoamérica carecen de equipos e incluso de equipos médicos capacitados para responder a la crisis.
Muchos de esos países están decretando el cierre de sus fronteras y prohibiendo las concentraciones de gente con la esperanza de evitar repetir las escenas vividas en países más ricos como Italia o Estados Unidos, pero la transmisión local del virus ya ha comenzado.
Contener su propagación es el nuevo reto. África tiene menos de 800 casos confirmados y Latinoamérica está por debajo de los 2.000, pero una respuesta temprana es crucial para que sus frágiles sistemas de salud no se vean saturados rápidamente.
Con recursos tan limitados, los expertos señalan que la clave está en identificar a los pacientes, rastrear sus contactos y realizar pruebas.
“Hemos visto cómo el virus se acelera luego de un cierto… punto de inflexión. Por lo que el mejor consejo para África es que se preparen para lo peor y se preparen hoy”, dijo el miércoles el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“En África tenemos barreras diferentes y significativas para la atención sanitaria, lo que podría ser un verdadero desafío”, apuntó la doctora Ngozi Erondu, investigadora en el Chatham House Center for Global Health Security.
Muchos países del África subsahariana no tienen unidades de aislamiento ni grandes plantillas para responder a un incremento de pacientes de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, agregó.
Pero África no es el único continente preocupado por lo que está por venir.
Varias naciones latinoamericanas están entre las peor preparadas del mundo ante una pandemia, con sistemas sanitarios ya al límite.
Perú cuenta con menos de 400 respiradores disponibles, dijo el ministro de Defensa, Walter Martos, a la televisora America TV el lunes.
“No es mucho”, dijo. “No tememos la infraestructura que tienen las naciones desarrolladas”.
Perú y otros países latinoamericanos observan lo ocurrido en Europa como advertencia y esperan frenar la propagación del coronavirus antes de que sus hospitales se llenen de pacientes.
Según el epidemiólogo Cristian Díaz Vélez, las medidas de prevención podrían crear un aumento más lento del número de infectados, lo que sería asumible para el sistema de salud peruano. El país tiene alrededor de 300 o 350 camas en cuidados intensivos, la mitad de las cuales estarían ocupadas ahora mismo, añadió.
Si los contagios se desbocan, “desbordarían nuestro sistema de salud”, afirmó.
Otros países de la región tienen una situación mucho peor.
Venezuela está en el puesto 176 de 195 naciones por su nivel de preparación ante una crisis de este tipo, según el Índice de Seguridad Sanitaria Global, un proyecto del Centro John Hopkins para la Seguridad de la Salud y de la Iniciativa de Amenaza Nuclear.
El sistema de salud venezolano se ha visto afectado por años de contracción económica, caos político y crisis humanitaria, con un aumento de la tasa de mortalidad y escasez de agua y fármacos.
La crisis migratoria que llevó a más de 4,5 millones de personas a salir del país, uno de los mayores éxodos de la historia reciente, podría exacerbar la propagación del virus a través de la región.
Esto preocupa especialmente en Colombia, donde viven cerca de dos millones de venezolanos. Los hospitales próximos a la frontera tienen ahora más pacientes y la pandemia podría agravar más aún su situación.
“El sistema de salud, obviamente, tiene una capacidad que podría superarse claramente, en Colombia y en muchos otros países de Latinoamérica”, señaló el doctor Alfonso Rodríguez-Morales, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Enfermedades Infecciosas.
Los periodistas de The Associated Press Clarence Roy-Macaulay en Freetown, Sierra Leona; Jonathan Paye-Layleh en Monrovia, Liberia; Babacar Dione en Dakar, Senegal; Sam Mednick en Uagadugú, Burkina Faso; Christine Armario en Bogotá, Colombia y Maria Cheng en Londres contribuyeron a este despacho.
Con información de Infobae