Como otros coronavirus (quizá ya saben que este no es el único), se piensa que la forma más común de dispersión del COVID-19 (SARS-CoV-2) es a través de gotitas respiratorias enviadas al aire cuando una persona infectada tose o estornuda.
Esas gotitas pueden ser inhaladas por la gente que está cerca o puede caer en otras superficies que alguien podría tocar posteriormente y que luego, al tocar sus ojos, nariz o boca, se infecta (como cuando la “sangre” de un zombie a una persona sana).
La buena noticia es que diversas investigaciones han demostrado que los desinfectantes comunes, incluyendo el jabón o una solución diluida de blanqueador puede desactivar a los coronavirus en superficies interiores.
Esto pasa porque los coronavirus tienen una capa protectora de grasas que se cae cuando entran en contacto con el jabón. Y estas capitas de grasa son más delgadas que las de otros virus llamados norovirus.
¿Y cuánto tiempo puede permanecer un coronavirus en el aire o en las superficies?
Depende. De acuerdo al sitio medRxiv, el virus persiste en el aire alrededor de 3 horas y en superficies metálicas de a 2 o 3 días. En el Journal of Hospital Infection, investigadores encontraron que un coronavirus que causa SARS puede permanecer hasta 9 días en superficies no porosas como el acero inoxidable y el plástico.
Y de acuerdo a reportes publicados en JAMA, el coronavirus de moda se ha detectado en heces, sugiriendo que el virus podría dispersarse por personas que no se lavan las manos después de usar el baño (repito, lavarse las manos, no usar papel de baño de manera exagerada, y aguas con estar llevando los celulares al baño).
El centro de control y prevención de enfermedades de los EU dice que no hay indicación de que el virus se contagia a través del agua, piscinas o bañeras de hidromasaje (investigación que seguramente tranquilizará a ciertas clases económicas).
Reportes locales de ciudades como Shanghai y Gwangju, en Corea del Sur, no tienen claro que los desinfectantes destruyan a los coronavirus afuera y si los mata en las superficies; no es claro si mata los virus en el aire.
Pero los rayos ultravioletas (provenientes del sol) parecen destruirlos también, así que la exposición de los virus en el exterior ya está hasta cierto punto limitada: “Nadie va tampoco lamiendo barandales o árboles” (aunque hay excepciones, ver a la niña de aquél famoso gif).
Además, incluso puede haber desventajas en la utilización de desinfectantes como el cloro porque gente que está expuesta a estos de manera cotidiana (p. ej., algunas enfermeras, los trabajadores chinos que se dedicaron a desinfectar el exterior [y yo añadiría en general a las personas que hacen la limpieza de las casas]) pueden desarrollar otros problemas serios problemas de salud.
En 2017 hubo un estudio que encontró una relación entre la exposición a desinfectantes y el asma en adultos en Alemania. Por supuesto que para que ocurra esto y otros daños a las vías respiratorias, la exposición a dichas soluciones debe ser prolongada, sin embargo, el mensaje está ahí. Incluso, un investigador del Centro de Control y Prevención de Enfermedades en China, Zhang Liubo, dijo que “las superficies como carreteras, plazas y césped no deben ser rociadas con desinfectante repetidamente… Hacerlo en grandes áreas y de manera repetitiva puede causar contaminación ambiental y debería ser evitado”.
Entonces… ¿Qué es lo mejor que puede hacerse?
Dado que el contacto entre personas parece ser el camino más común de transmisión para el famoso COVID-19, “me enfocaría en minimizar el contacto”, dijo en entrevista Juan León, investigador en salud ambiental en la Universidad Emory. Silva Sobolik, estudiante del laboratorio de León, nos recuerda el consejo que ya se ha dicho: Quedarse en casa si estás enfermo, reduce el contacto cercano con otros, asegúrate de cubrirte la boca (con la parte interior del codo) si estornudas o toses y lava tus manos regularmente durante 20 segundos.
Con información de la revista Science/Tercera Vía