Debido a la presencia del coronavirus, las autoridades sanitarias mexicanas han recomendado el aislamiento social, no saludarse de beso o mano, permanecer a un metro de distancia y si es posible, quedarse a trabajar en casa. Ante esta situación para algunos será difícil convivir con toda la familia, ¿cómo lograrlo sin estresarse y mortificar a todos los miembros?
Esther González Ovilla, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que cada uno tiene necesidades diferentes, mientras que para algunos la vida sedentaria y solitaria es cómoda, para otros resulta complicado.
“En la actualidad estamos acostumbrados a llevar múltiples actividades fuera del hogar, y pasamos poco tiempo en el mismo, en ocasiones al convivir en un mismo espacio por tanto tiempo, emergen dificultades en las relaciones, y si se encuentran en una crisis familiar, se agrava la situación”.
Consejos para el aislamiento
Para manejar el encierro recomienda considerar las necesidades de todos los integrantes de la familia. Es probable que uno quiera decidir qué deberían hacer los demás, sin embargo, es importante considerar desde el más pequeño hasta el mayor, porque todos responden a diferentes necesidades e intereses.
Es fundamental conversar con todos los integrantes de la familia, platicar sobre lo que esperan que suceda en ese tiempo. En México existe una gran diversidad de familias, con hijos pequeños, adolescentes y quienes viven con los abuelos y bisabuelos en sitios pequeños. “Cada una responde a diferentes dinámicas”.
Tipos de familia
En el caso de las familias con niños menores de 10 años se recomienda que papá y mamá compartan las tareas del cuidado de los hijos, conversen sobre las actividades de los niños, e incluso coloquen horarios para no perder el ritmo de trabajo. “Todos tienen necesidad de trabajar en casa, tanto los niños en su educación como los adultos que están en home office”.
Los adultos deben turnarse los horarios con los niños para vigilarlos con sus tareas. Por ejemplo, de nueve a once de la mañana le toca a papá, mientras mamá realiza sus actividades y luego cambian papeles de once a una.
“Recordemos que no son vacaciones, sino que se trata de una contingencia, por lo tanto es importante que los niños entrenen en esta cultura”, explicó.
Para familias con adolescentes o jóvenes es importante que los adultos conversen con ellos, les pregunten que esperan en este tiempo y que dediquen ciertas horas al estudio. La idea es que lleguen a acuerdos y se pongan horarios para el estudio y el esparcimiento. Por ejemplo, trabajar por la mañana de 11 a 1, luego descansar, realizar la comida y por la tarde retomar.
Lo importante es que no sientan que es una imposición y no se generen discusiones de por las horas dedicadas a la televisión, el celular y otras actividades similares. “Esto ayudará a los jóvenes a comprometerse y no generar discusiones”, concluyó.
Con información de Yucatan.com