La reapertura de la boutique de Cartier en la Ciudad de México (la más grande de la firma parisina en Latinoamérica) confirma una realidad irrefutable: el mercado mexicano mantiene su resplandor ante las principales casas joyeras del mundo.
Al pie de Masaryk, una de las avenidas más lujosas del país, la maison presenta un espacio renovado que parece escribir una carta de amor a México. Un amor expresado con elegancia en las intervenciones artísticas que visten el lugar (una de ellas, inspirada en una danza originaria de Papantla, Veracruz; la otra, en un lienzo que rinde homenaje a María Félix).
Panthère de Cartier.
El universo de Cartier y la cosmovisión mexicana se entrelazan en una boutique que expone con orgullo la textura sedosa que provee la técnica serti pelage en las piezas que reinterpretan su icónica colección Panthère, siempre cambiante, para mostrar las distintas facetas de un felino que irradia magnetismo y seduce con su poderío. Y, esta vez, confiriendo un nuevo soplo de vida a la icónica pantera, las piezas que integran la colección expresan fuerza de manera notable. Basta observar uno de sus más poderosos exponentes: un brazalete en oro blanco con esmeraldas, ónix y diamantes, que reinventa la elegancia femenina.
Entre los lanzamientos más sonados del orbe, también hace eco el de la italiana Bvlgari, que, inspirada en una gargantilla Tubogas con tachuelas de los años 80, lanza una colección que irrumpe con luz propia en la élite joyera: se trata de B.zero1 Rock, la cual encapsula la personalidad indomable de la firma, manteniendo su esencia irreverente y haciendo gala del disfrute que conlleva romper las reglas establecidas cada tanto.
Bvlgari
La colección incluye piezas que combinan materias primas, como el oro amarillo y rosado, de la mano de diamantes y de una técnica que infunde cerámica negra en ambos bordes de un anillo con el logotipo doble de Bvlgari. Así, entre aretes, pulseras, dijes, anillos y cadenas, la joyera italiana desborda originalidad sin complejos, en estos albores de 2020.
Tiffany, en tanto, decidió reinventar su emblemática “T” para dar realce a una máxima que celebra la importancia de priorizar el bienestar personal en la escala de intereses. A través de la colección Tiffany T1, la joyera estadounidense despliega una glamourosa selección de piezas elaboradas a partir de materiales clásicos, entre diamantes y oro amarillo, que da vida a gargantillas, pulseras, anillos y aretes con siluetas que alternan la fantasía con las líneas atemporales que emanan de la clásica “T”, mientras hacen un llamado al empoderamiento.
Tiffany
LA VOZ DEL LUJO
De mensajes de empoderamiento a llamados a recordar una década inmortal, las joyas de la temporada no se pueden quedar calladas. Foto. Tiffany.
El fabricante suizo Chopard, a su vez, prioriza la creación de joyas en apego irrestricto a los principios de comercio justo y cuidado dela naturaleza. Su colección Green Carpet, fabricada al 100% con materias primas obtenidas en forma sostenible, es portavoz de un statement que gana fuerza en la industria en cada nuevo lanzamiento. Entre ellos, uno que hace particular eco de la mano de un ícono taquillero: James Bond. Esto, de cara al estreno de No Time to Die, la película número 25 en la saga del agente secreto.
En esta colaboración, tres piezas de alta joyería de Chopard son llevadas por la actriz Ana de Armas, convirtiéndose de inmediato en objeto del deseo para multitudes. La triada celestial incluye un collar engastado con diamantes en forma de pera (con 43 quilates en total); una pulsera creada a partir de una cascada de diamantes talla brillante (también en forma de pera, con 82 quilates); y unos pendientes con 14 quilates de diamantes que realzan aun más la personalidad cosmopolita de la nueva musa de James Bond.
Con información de Forbes