Un sacerdote de 72 años con coronavirus falleció hace unos días en Italia después de haber renunciado al respirador que necesitaba para que se lo dieran a un paciente más joven, que podría superar la enfermedad, pensó el párroco.
El padre Giuseppe Berardelli, de Casnigo, en la diócesis italiana de Bérgamo, la más golpeada por el Covid-19, renunció al respirador que se había comprado con anterioridad en la comunidad parroquial a la que servía.
«Don Giuseppe murió como sacerdote. Y me conmueve profundamente el hecho de que él, arcipreste de Casnigo, haya renunciado para destinarlo a alguien más joven que él», expresó un operador sanitario de la casa de reposo San Giuseppe al periódico «Araberara».
El padre Berardelli falleció hace pocos días en el hospital de Lovere, mientras sus feligreses y vecinos le recuerdan con emoción.
«Era un sacerdote que escuchaba a todos, sabía escuchar, quien se dirigía a él sabía que podía contar con su ayuda», afirmó Clara Poli, que fue alcaldesa de Fiorano, y que destacó que gracias al presbítero, junto a otro sacerdote, se llegó a abrir un centro de ayuda para las familias en situación de vulnerabilidad. «Cuando se le veía pasar era siempre alegre y lleno de entusiasmo. Ha regalado paz y alegría a nuestra comunidad», expresó.
El padre Giuseppe Berardelli nació el 21 de agosto de 1947 en Fonteno (Italia). Fue ordenado sacerdote el 30 de junio de 1973. Desde que el coronavirus llegó a Italia han fallecido más de 50 sacerdotes en la península del país transalpino.
Con información de ABC