El estudio cifra en un 5,8% la reducción de las emisiones en España el pasado año respecto a 2018. La rebaja está motivada principalmente por la práctica eliminación del carbón para generar electricidad durante 2019. “Pero el efecto del coronavirus sobre las emisiones del país será mayor que el del carbón este año”, augura Santamarta.
Los combustibles fósiles son los que mueven la economía mundial, en esta ocasión si la economía se para, como ha ocurrido con las medidas de contención, cae el consumo de energías fósiles y, por lo tanto, también disminuyen los gases de efecto invernadero que se expulsan a la atmósfera.
“Una disminución en el PIB se traducirá en una disminución de la cantidad de emisiones de dióxido de carbono”, resume Pep Canandell, director ejecutivo del Global Carbon Proyect, un grupo de expertos climáticos internacionales. Canandell apunta a que los datos que hay ahora de reducción de las previsiones de crecimiento mundial indican que este 2020 se cerrará con un descenso de las emisiones respecto a 2019.
La clave es hasta ahora China. Porque es donde empezó la epidemia y porque acumula más de un 25% de las emisiones globales. El artículo publicado en el medio británico Carbon Brief calculaba una reducción de un cuarto de las emisiones durante el mes de febrero en China. Pero el mismo análisis advierte de que se trata de una caída temporal, y plantea la duda de si ese descenso será compensado o revertido con la respuesta que el Gobierno chino ofrezca a esta crisis.
“Las emisiones están bajando mucho, pero ya hay propuestas sobre la mesa que contrarrestarían rápidamente esa caída”, alerta Tatiana Nuño, experta en cambio climático de Greenpeace. “Se debería aprovechar esta crisis para no reactivar la economía como la teníamos hasta ahora”, propone Nuño.
El efecto rebote en las emisiones es un fenómeno conocido y estudiado. Canandell recuerda que el PIB mundial y los gases de efecto invernadero siguen fuertemente ligados. Las grandes caídas del dióxido de carbono han coincidido con los periodos de crisis. Pero existe “mucha experiencia sobre el rebote después de una crisis”, añade este especialista.
En la recesión global de 2008 se apreció “una reducción mundial del 1% de las emisiones de dióxido de carbono”. Pero se recuperaron al siguiente año y “el crecimiento durante los dos años que siguieron a la crisis fue excepcionalmente alto debido a los estímulos económicos que se aprobaron para hacer crecer la producción y la demanda”, advierte Canandell.
“No vamos a combatir el cambio climático con un virus”, resumió esta semana António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. Lo hizo durante una conferencia de prensa en Nueva York para presentar el informe de seguimiento de los impactos de la crisis climática, que realiza la Organización Meteorológica Internacional (OMM). Los efectos del coronavirus sobrevolaron esa conferencia y Guterres pidió que no se “sobrestime” el efecto de la epidemia en la reducción de las emisiones mundiales.
El secretario general de Naciones Unidas pidió a los países que no se distraigan en la lucha contra el calentamiento y la desigualdad. Guterres incidió de nuevo en la necesidad de que los Gobiernos presenten planes de recorte de emisiones más contundentes en la Cumbre del Clima de Glasgow (Reino Unido), prevista para noviembre de este año. 2020 se había marcado en las agendas de los activistas contra el cambio climático como clave en la lucha contra el calentamiento, pero muchos temen ahora que la crisis del coronavirus se utilice de excusa para retrasar las políticas de transición ecológica. “No se puede paralizar ahora la ambición contra el cambio climático”, lamenta Nuño.
Canandell recuerda que durante la gran crisis financiera se frenaron las inversiones en energías renovables, claves para desenganchar a la economía mundial de los combustibles fósiles. Pero este experto cree que la situación es distinta una década después y las políticas de mitigación (reducción de las emisiones) tienen más “sentido económico en muchos sectores ahora” que en 2008. Canandell cree que habrá inversiones previstas que se verán afectadas, pero en las regiones en las que ya existen políticas de energía y clima en marcha, “la crisis no debería afectar mucho”.
Este especialista añade un factor más para no ser tan negativo sobre el freno que se puede producir en las políticas climáticas: “Ahora los costes son más competitivos en el sector de las energías renovables que en el sector de los combustibles fósiles”.
Con información de Ambientales México