A unos les piden no utilizar espacios compartidos en los edificios o que, de plano, se muden. A otros les avientan productos de limpieza por el simple hecho de vestir las batas blancas que los identifican como trabajadores de la salud. Los consideran “peligrosos”. Por eso mismo, sin razón ni autoridad alguna, choferes de transporte público se niegan a trasladarlos.
El contraste con la masividad de los aplausos masivos que reciben cada noche en diferentes ciudades del mundo en reconocimiento a su labor es evidente, ya que las denuncias por los actos de discriminación y las agresiones que padecen médicos y enfermeros van en aumento. Tanto, que en México las autoridades aprovecharon este martes la conmemoración del Día Nacional de la Salud para lanzar una campaña en defensa del personal de salud que está en la primera línea de atención de la pandemia del coronavirus.
Una enfermera que trabaja en la ciudad de San Luis Potosí denunció que un par de niños le aventaron jugos y gaseosas mientras esperaba la llegada de su autobús. “Es coronavirus, no te nos acerques”, le dijeron. Cuando les pidió que no le faltaran al respeto, la madre de los menores la golpeó. La enfermera terminó con dos dedos fracturados.
En Jalisco, un estado de la costa del Océano Pacífico, la presidenta de la Comisión Interinstitucional de Enfermeras, Edith Mujica Chávez, denunció que por lo menos seis de sus colegas fueron discriminadas en el transporte público o atacadas por personas que les aventaron agua y cloro. Aquí también varios médicos denunciaron que los bajaban de los autobuses, razón por la cual los taxistas les ofrecieron a todos los trabajadores de la salud servicios con tarifas especiales para que puedan llegar a los hospitales.
A una enfermera de Sinaloa un desconocido le arrojó cloro en plena calle, mientras que las enfermeras de Tabasco dejaron de usar sus uniformes en la calle para evitar que los choferes de autobuses públicos les negaran el acceso, medida que en muchos casos era apoyada por ciudadanos de a pie.
Un enfermero de Yucatán, en tanto, denunció que le aventaron un huevo en la vía pública mientras esperaba el colectivo. En sus redes sociales, calificó esta acción como “cobarde” y “triste”, ya que ellos son quienes pueden llegar a atender a los agresores o a su familia en caso de que se enfermen.
El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell Ramírez, quien es el vocero oficial del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con respecto a la pandemia, repudió las agresiones y advirtió que médicas y enfermeros sólo merecían gratitud y respeto por parte de la población.
“Muestran un fenómeno natural pero no justificable, el miedo produce reacciones irracionales que no tienen justificación alguna en el momento de respetar a las personas”, afirmó.
Sin embargo, los ataques han escalado hasta llegar incluso a las instalaciones de salud, ya que a fines de marzo un grupo de personas amenazó con quemar el hospital Ángel Ventura Neri si llegaba a recibir a pacientes con coronavirus. El temor al contagio es el principal pretexto.
Ante esta situación, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) precisó en un comunicado que el personal médico cuenta con la preparación necesaria para atender a quienes lo requieran por sospecha de padecer coronavirus sin poner en riesgo a otras personas enfermas ni a la población en donde se encuentran. También aclaró que dañar o destruir las clínicas y hospitales puede constituir un delito ya que niega el acceso a la atención médica de las personas.
En Argentina, los casos que más han destacado son los de discriminación. La semana pasada se viralizó el cartel en un edificio de la ciudad de Buenos Aires en el que los vecinos le pedían a una médica que alquilaba un departamento que permaneciera confinada en su casa y evitara circular por áreas comunes y tocar picaportes.
“Si sos médico, enfermero, farmacéutico y/o trabajas en salud… andate!!! Nos vas a contagiar a todos”, “Si sos médico, enfermero, farmacéutica o te dedicás a la salud, andate porque nos vas a contagiar a todos hdp”, señalaron otros mensajes colocados en edificios de la ciudad de Santa Fe y la capital argentina.
Desde Colombia, las denuncias se concentran en el rechazo que padece el personal de salud en el transporte público, ya que basta que los choferes adviertan su uniforme de trabajo para que no hagan la parada correspondiente. En Bogotá, la situación llegó a tal nivel que ya se pusieron en marcha rutas preferenciales para los trabajadores de hospitales. En Cali, un médico fue obligado a mudarse por presión de los vecinos, mientras que a una enfermera de Tolima le impidieron el ingreso a un supermercado.
Con información de RT