En particular, se trata de un molar y cuatro pequeños fragmentos óseos. Los antropólogos también hallaron numerosos adornos y herramientas de piedra y huesos de animales, como bisontes, ciervos, caballos u osos de las cavernas.
Los autores del estudio llevaron a cabo una análisis por radiocarbono de los huesos y llegaron a la conclusión de que tienen una antigüedad de aproximadamente 45.000 años. Además, extrajeron de los fósiles ADN mitocondrial y concluyeron que pertenecen a al menos cuatro personas diferentes.
Fueron los primeros Homo sapiens quienes cambiaron por completo el estilo de vida de los neandertales europeos.
En particular, les enseñaron a producir colgantes hechos de dientes de oso. “Los grupos pioneros de Homo sapiens trajeron nuevos comportamientos a Europa e interactuaron con los neandertales locales”, explicó uno de los líderes del estudio, el director del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva Jean-Jacques Hublin, en un comunicado.
La convivencia de estas dos especies pudo durar hasta 8.000 años, es decir, hasta la extinción de los neandertales hace entre 40.000 y 39.000 años.
“Representa una nueva forma de hacer herramientas de piedra y nuevos conjuntos de comportamiento, incluyendo la fabricación de adornos personales que marcan una diferenciación de lo que sabemos de los neandertales hasta la fecha”, indicó la paleontóloga Tsenka Tsanova.
De esta manera, el hallazgo proporciona evidencias de la primera dispersión de nuestra especie por Europa y la primera oleada migratoria del humano moderno al continente europeo.
Los fósiles hallados en Bulgaria son unos 4.000 años más antiguos que los cráneos encontrados en Pestera cu Oase, en Rumanía.
Con información de Sputniknews