El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) estimó que la deuda pública superaría el 53 por ciento como proporción del PIB al cierre del 2020, un nivel que quedaría por arriba del 52.1 por ciento estimado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en los Pre-Criterios.
En el estudio “Efectos del COVID-19 en la deuda pública”, la institución estimó que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda, se incrementaría, en un primer escenario, en 15 por ciento real respecto al cierre de 2019 solo por la caída de los ingresos presupuestarios y el efecto de la depreciación del peso.
Mientras que, en un segundo escenario y aplicando una política fiscal contracíclica mediante un alza del gasto público en 2.6 por ciento del PIB para atender la crisis sanitaria y financiera, el saldo de la deuda tendría un avance real de 21 por ciento contra el año pasado.
En el caso del primer escenario, el SHRFSP ascendería a 12.9 billones de pesos en números absolutos, lo que en términos de puntos del PIB representaría un nivel de 53.8 por ciento.
En el segundo escenario la deuda pública aumentaría a 13.6 billones de pesos, lo que implicaría un nivel de 56.4 por ciento como proporción del PIB.
Mayor deuda per cápita
Carlos Vázquez, analista del CIEP, indicó que otra forma de dimensionar el aumento de la deuda por el COVID-19 es que, al término de 2020, cada ciudadano mexicano podría deber 103 mil 549 pesos de deuda pública, esto por un incremento de 15 por ciento en el saldo de la deuda derivado de la caída de los ingresos y la depreciación del peso.
Mientras que, si se considera el segundo escenario, el saldo de la deuda per cápita tendría un crecimiento real de 21 por ciento, llegando a 108 mil 653 pesos por individuo.
Anotó que México es de los países de la región que han dedicado menores medidas para enfrentar los efectos de la pandemia del COVID-19, ligeramente por arriba de Honduras, de acuerdo con el Banco Mundial.
“Considerando que el crecimiento real en 2019 fue de -0.1 por ciento, para finales de 2020 el país llevará dos años consecutivos de caída del PIB. En este contexto, se requiere una política fiscal contracíclica que estimule la recuperación de la actividad económica, lo que permita evitar que la disminución del gasto contribuya a la volatilidad macroeconómica y la caída de la inversión, así como el aumento del desempleo”, sostuvo.
Con información de El Financiero