El vino, el tequila y el whisky no se guardan de la misma forma, hacerlo mal puede arruinar su sabor.
Tienes una fiesta, compraste mucho alcohol y te sobró más de lo que pensabas ¿qué haces con él? No, no lo tiras por el desagüe y tampoco se lo regalas a tus invitados, es momento de guardarlo y esperar a la siguiente reunión para volver a abrir la botella.
Sin miedo a equivocarnos, podemos decir que todos, todos tienen una botella de alcohol acumulando polo en alguna parte de la cocina (en el fondo del congelador, en ese cajón lleno de basura o hasta en el rincón más oscuro de la alacena), es esa botella súper especial que están reservando para ocasiones muy especiales, que tardan mucho en llegar, o que no recuerdan haber comprado, hasta que algo hace que recuerden su existencia y que comiencen a preguntarse si todavía estará buena.
La creencia popular dice que no pasa nada, el alcohol dura para siempre (por aquello de que el vino se vuelve mejor con la edad y todo eso), y aunque eso es real con algunos tipos de alcohol, otros requieren de cuidados un poco más especiales si quieres que duren más y que conserven un buen sabor hasta que sea hora de abrirlos, porque no hay nada peor que una botella desperdiciada.
Las botellas que no están abiertas no tienen muchos problemas siempre y cuando no las tengas en un lugar en el que los rayos del sol las alcancen, pero ¿qué pasa con una botella de vodka, tequila u otro alcohol abierta? ¿va al congelador, al refrigerador o a algún cajón?
Estas son las reglas que debes seguir para guardar tu alcohol si quieres que dure por más tiempo y tener el mejor bar en casa.
¿Qué va en el refrigerador?
Para alcoholes destilados, como el whisky, vodka, ginebra, ron y tequila, la regla general es que debes guardarlos a temperatura ambiente y lejos del sol, esto porque el alcohol puede comenzar a evaporarse si hace mucho calor.
Por otro lado, los vinos fortificados, como el oporto, el jerez y el vermut, deben ir al refrigerador si las botellas están abiertas, esto porque la temperatura más fría hace que el proceso de oxidación sea más lento. El vino blanco y el rosado también se deben volver a tapar y guardar en el refrigerador después de abrirlos.
Mantenlos lejos del sol
Esto aplica para todos los tipos de alcohol, no es que los debas guardar en una cueva oscura, pero no deben estar en contacto directo con los rayos del sol. Los expertos dicen que los rayos UV no arruinan el alcohol, pero la exposición al sol acelera el proceso de oxidación. Los investigadores de Bacardi incluso mostraron que el sol puede ser peor para el alcohol que el calor, algunos tipos de alcohol como el bourbon perdió el 10 por ciento de su color, y una botella de whisky perdió el 40 por ciento de su color al pasar 15 días expuestos al sol.
¿Qué va en el congelador?
Ningún alcohol necesita estar en el congelador, pero tampoco le causa ningún daño. El vodka puede ir en el congelador, en especial si te gusta muy frío o lo vas a usar para hacer cocteles, pero, debes recordar sacarlo al menos una hora antes de consumirlo.
Otros tipos de alcohol como el vermut, el oporto y el jerez son mejores cuando están fríos, pero es suficiente con colocarlos en el refrigerador.
¿Qué puede quedarse en el carrito del bar?
Si está en un lugar con sombra y fresco, el carrito del bar es un buen lugar para una botella de vino abierta, que debes volver a tapar si ya no vas a tomar más, para el ron, el whiskey y el gin (que también puede ir al congelador unas horas antes de tomarlo).
¿Acostado o parado?
Generalmente, se recomienda que guardes las botellas de vino acostadas, pero, para otros tipos de alcohol, lo mejor es colocar las botellas en posición vertical. Por ejemplo, mantener el whisky acostado en lugar de mantenerlo en posición vertical puede hacer que el corcho se mezcle y se filtre en el líquido, esto altera el contenido de alcohol y hace que se desintegre con el tiempo.
Con información de GQ