Miles de hectáreas arrasadas proveen a grupos hoteleros a los que Greenpeace pide control para no ser «cómplices de la deforestación amazónica».
«La Unión Europea no puede permanecer al margen del enorme impacto ambiental y social de sus cadenas de suministro. El consumo de los europeos provoca cambio climático, pérdida de biodiversidad y violaciones de los derechos humanos», ha explicado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace España. «Es urgente que la Comisión Europea ponga en marcha la anunciada legislación que impida la entrada en la Unión Europea de materias primas procedentes de la deforestación».
Las declaraciones llegan al hilo de la publicación de una investigación conjunta de Greenpeace Brasil y Repórter Brasil. Un informe que pone en evidencia los vínculos entre la deforestación producida por la expansión ganadera en el interior de espacios protegidos de Brasil, las exportaciones brasileñas de carne congelada y el consumo de esta carne en los mercados internacionales, incluidos los países de la UE.
Área protegida arrasada por el sector ganadero
El llamado Parque Estatal Ricardo Franco, un espacio protegido de 158.000 hectáreas creado en 1997 en la frontera entre Mato Grosso, en Brasil, y Bolivia, es el foco principal de la investigación. En esta zona se ha detectado que más de 12.000 hectáreas han sido deforestadas y, en la práctica, el 71% de su área es reclamada por el sector ganadero como propiedad privada.
De las 137 granjas destacan dos de ellas: Paredão I y II, que suman más de 4.000 hectáreas, de las cuales, al menos, 2.000 han sido deforestadas ilegalmente. En 2016, los daños ambientales en estas granjas fueron objeto de investigaciones y acciones judiciales por parte de la Oficina del Fiscal del Estado de Mato Grosso. El Parque está teóricamente protegido bajo la categoría de «protección integral» por su rica biodiversidad.
Lo que está sucediendo en este Parque estatal se está reproduciendo en otras zonas amazónicas, según denuncian los ecologistas. «El actual repunte de la deforestación en el interior de áreas protegidas y tierras indígenas está directamente relacionado con las declaraciones, políticas y estímulos promovidos por el actual presidente Bolsonaro», denuncia Miguel Ángel Soto.
El caso de España
Greenpeace ha señalado que en el caso de España, algunas empresas importadoras de esta carne congelada, principalmente ubicadas en el archipiélago canario, «presumen de tener entre sus clientes a las grandes cadenas hoteleras como Barceló, Iberostar o N10 Hotels».
Por este motivo, el colectivo ecologista reclama a estos grupos hoteleros que refuercen sus mecanismos de control para no convertirse en cómplices de la deforestación amazónica.
La investigación realizada en Brasil revela que la industria ganadera utiliza un esquema de «lavado de ganado ilegal», introduciendo en el mercado carne procedente de las granjas ilegales de la Amazonia en los canales tradicionales de suministro de carne.
¿Cómo funciona el «lavado ilegal de ganado»?
Con información de DiarioEco