Si temes regresar a las calles tras el confinamiento podrías padecerlo. ¿Qué es? ¿Cómo identificarlo? ¿Cuál es su tratamiento? Un experto responde.
El síndrome de cabaña ha comenzado a cobrar notoriedad a medida que las medidas de la pandemia comienzan a reducirse. Hasta ahora hemos pasado más de tres meses confinados como una de las principales medidas de seguridad ante la pandemia de coronavirus. Al inicio del confinamiento muchos deseaban salir a las calles y hacer lo que era cotidiano. A estas alturas, cuando la posibilidad del regreso una “nueva realidad” se ve cada vez más lejana y hemos pasado más tiempo en casa, hay quienes hayan desarrollado el síndrome de cabaña: el miedo y pánico a salir a la calle.
Sí, hablamos del temor a hacer lo que antes hacíamos en las calles sin siquiera pensarlo, pero que hoy la sola idea de hacerlo puede generar cambios de estado de ánimo, ansiedad, pánico y hasta taquicardias y mareos ante la idea de estar fuera de casa. “Puede ser tan grave como que las ideas catastróficas que me llegan a la mente no me permiten salir o cuando intento salir sufro mucho”, explica a GQ el doctor José Javier Mendoza, especialista en psiquiatría que forma parte del grupo de expertos de la estrategia en salud mental en COVID-19.
¿En qué consiste el síndrome de la cabaña? ¿Cómo saber si lo padezco? ¿Qué tratamiento hay? Despejamos las dudas de la mano de este experto.
El síndrome de la cabaña incluye síntomas como ansiedad, pánico y hasta taquicardias.
¿Qué es el síndrome de cabaña?
Se trata de un conjunto de síntomas, reacciones emocionales y cambios en la conducta que ocurren luego de que las personas pasan mucho tiempo en confinamiento obligado y luego del cual sienten miedo de volver a salir. Algunas de las reacciones que puede generar van desde ansiedad y, en casos extremos, taquicardias, hiperventilación y hasta desvanecimientos en caso de que se llegue a salir, según explica Mendoza, también investigador de la UNAM.
“Es un síndrome muy situacional. No tiene un contexto general ni una causa global. Son respuestas comunes ante una stiuación anormal y que llegan a ser exageradas”. En el caso de la pandemia, además del confinamiento han habido otros factores que nos han sometido al estrés como la prolongación de la cuarentena y la sobreinformación sobre la pandemia de coronavirus, que incluso llevan a tener pensamientos catastróficos ante la idea de volver a las calles.
El síndrome de la cabaña es más común en aquellos que han seguido un confinamiento muy rígido o que viven solos.
¿Cómo identifico el síndrome de cabaña?
El síndrome de la cabaña está enmarcado en un contexto muy específico que es el salir de casa luego de estar confinado. Si al pensar en estar en la calle, reincorporarte al trabajo o resolver algún pendiente llegan ideas fatalistas, eso puede encender las alertas. Otro indicativo es que haya una excesiva racionalización o intelectualización de los motivos para seguir confinado. En el caso de la pandemia, podrían ser justificaciones científicas como las vías de contagio y otros datos sobre el virus que respalden la idea de permanecer en casa.
¿Por qué da miedo salir a la calle?
Si tienes que salir a la calle y esto se torna una experiencia desagradable que pueda ir acompañada de taquicardias, hiperventilación o sudoración, buscar ayuda es necesario. “El exterior se convirtió en un sitio tan poco amable y tan generador de terror que cuando tengo que enfrentarlo tengo estos síntomas”, resume.
Un aspecto interesante es que si has vivido el aislamiento en solitario o de forma más rígida, puedes ser más susceptible a experimentar el síndrome de la cabaña. “Mientras más rígidamente viviste la cuarentena más posibilidad hay de que esta situación llegue”, agrega el también fundador del portal Cambia Salud Mental.
Un regreso gradual a la rutina que contemple medidas como la sana distancia puede reducir el síndrome de la cabaña.
¿Tratamiento y cómo superar el síndrome de cabaña?
Como cualquier fenómeno que tenga implicaciones en la estabilidad emocional y mental, así como ansiedad social, Mendoza recomienda que se aborde de manera oportuna, pues advierte que “esto que llamamos síndrome de la cabaña se puede convertir en una enfermedad como la depresión”.
Una recomendación es establecer una rutina personal de desconfinamiento gradual que contemple salidas para cosas generales como ir al súper o al banco y eventualmente (cuando las autoridades lo permitan) incorporar salidas a lugares sin mucho ruido y establecer un grupo determinado de personas con las cuales interactuar.
Mendoza sugiere también hacer un análisis de las condiciones emocionales previas al estallido de la pandemia (hay un test oficial desarrollado por la UNAM) y señala cualquier terapia que contribuya a la mejora del equilibrio emocional como meditación, mindfulness o alguna terapia psicológica puede ayudar a sobrellevar el síndrome de la cabaña. Solo en casos extremos donde haya crisis de pánico, un incremento súbito de la ansiedad o taquicardias sería necesario a acudir a un especialista como un psiquiatra “Ese sería el punto en que podrían saltarse unos pasos”.
De gran ayuda será tener presente que habrá un antes y un después del COVID-19. “No vamos a volver a como estábamos antes”, dice José Javier Mendoza.
Con información de GQ