La banca en México y el mundo ha trasladado varios de sus servicios al mundo digital para satisfacer la demanda de los clientes y, más recientemente, para enfrentar la pandemia, por lo que es necesario que los usuarios aprendan a protegerse.
De acuerdo con Fabricio Ikeda, director de protección contra fraudes y cumplimiento de Fico, este mayor uso de herramientas digitales significa un campo de oportunidad para los cibercriminales y, particularmente, para los defraudadores.
Muestra de ello es que el fraude en el sistema bancario en América Latina se ubicó en 11 mil millones de dólares al cierre de 2018, cifra que en México se ubicó 740 millones de dólares.
El especialista indicó que esa cifra se debe a que algunos clientes de la banca suelen caer en métodos de ingeniería social, no son conscientes del riesgo o tienen defensas obsoletas, lo que permite que sus credenciales de banca sean robadas o, bien, que su identidad sea comprometida.
Una encuesta de Fico encontró que 29% de los mexicanos usa cinco contraseñas o menos para todas sus cuentas; dice que 78% está dispuesto a compartir datos biométricos, y el preferido es la huella dactilar.
Con información de Excélsior