Tenino se convirtió en una ciudad fantasma con sus negocios tratando sobrevivir a la pandemia del COVID-19 por lo que sus autoridades revivieron una no convencional idea del siglo pasado: imprimir su propia moneda en finas placas de madera.
La noticia fue dada a conocer por Wayne Fournier, el alcalde.
“No hay comercio, no hay ventas y las calles están muertas. Es lo mismo a las 3 PM que a las 3 AM. Estábamos recibiendo muchas llamadas de empresas que nos decían no estar seguras de poder continuar”, dijo Wayne Fournier, alcalde de esa ciudad de 1,800 habitantes del estado de Washington; al noroeste de Estados Unidos.
Como el museo de la ciudad tiene una impresora que data de los años 1890, la utilizaron para hacer 10 mil dólares en rectángulos de madera, cada uno con un valor nominal de 25 dólares.
El billete tiene una imagen del presidente George Washington y una expresión en latín que traducida al inglés significa: “Lo tenemos bajo control”.
Ese dinero es entregado como subvención a residentes que demuestren que están siendo perjudicados por la pandemia. Cada uno puede recibir hasta 300 dólares mensuales.
Conocidos como “Dólares Tenino” o “Dólares COVID” o, incluso, como “Dólares Wayne”, por el apellido del alcalde, los billetes son aceptados en casi todos los negocios de la ciudad a una tasa fija equivalente a casi un dólar.
Esa madera solo vale dentro de los límites de Tenino.
La idea no es nueva. La ciudad la utilizó durante la aún peor devastación causada por la Gran Depresión de los años 1930.
La escasez de dólares en aquel tiempo, llevó a directivos de bancos de Tenino a imprimir dinero en corteza de picea.
“El concepto se hizo viral en los años 1930”, dice Fournier y otras comunidades, empresas y cámaras de comercio lo emularon.
La atención de los medios provocó la curiosidad de inversores y a lo largo de los años la moneda de madera se tornó en objeto de colección a la venta.
La versión contemporánea, al igual que su edición previa, apunta a tender una mano durante la crisis económica que ha provocado el cierre de negocios en todo el país.
“Es más que nada una promoción de la propia ciudad. Mucha gente que llega a la ciudad ni siquiera sabía que existe Tenino y quiere conocer cómo es ese lugar que imprime su propia moneda. Podrían detenerse un rato, comprar un helado o recorrer las calles y comer una hamburguesa”, dijo Chris Hamilton, gerente de la principal tienda de alimentos.
Monedas complementarias similares existen en muchos lugares de Estados Unidos y Europa. No buscan reemplazar la moneda nacional sino apoyar a la economía local; lo cual es una clara diferencia en tanto las autoridades estadounidenses nunca ven con buenos ojos crear un billete que compita con el poderoso dolar.
Con información de AFP