La crisis sanitaria y económica derivada del coronavirus afectó las finanzas de todos los trabajadores, incluidos aquellos que son independientes, también conocidos como freelancers.
Ante un escenario económico tan complejo como el actual, cuidar su fuente de ingresos y sus finanzas personales es vital para hacer frente a cualquier emergencia, principalmente para aquellos profesionales que trabajan por su propia cuenta, ya que al laborar de forma independiente, los ingresos no tienen una periodicidad fija y esto impacta directamente en la administración de los recursos.
Juan Carlos Flores, director general de la plataforma de préstamos Doopla, señaló que este tipo de trabajadores deben tener mucho más cuidado porque sus flujos de ingresos son volátiles, por lo que se hace más enfático el tema de las finanzas personales.
Lo anterior, lo saben muy bien José Luis Salazar y Fernanda Ríos, dos jóvenes que trabajan de manera independiente y la pandemia impactó de manera diferente sus bolsillos.
A José Luis, quien es consultor de imagen y moda, la contingencia le ayudó porque pudo trabajar a distancia e impartir cursos en línea de asesoría de imagen; por otro lado, a Fernanda la llegada del Covid-19 le afectó, pues su negocio, que consiste en un estudio de microblanding, tuvo que pausarse. “En mi caso fue muy difícil, yo vivía de las citas, viene la pandemia y me enfoqué en buscar herramientas y capacitarme más”, afirmó la joven experta en temas de belleza.
“Para los que nos dedicamos al freelance, la parte de la administración de gastos es algo que traemos muy aprendido, incluso desde antes de la pandemia, ya que al ser freelancer no es que tengas un sueldo establecido, esta administración que ya teníamos fue la que nos ayudó para que durante la pandemia no tuviéramos que reducir gastos que podrían considerarse extra, pero no lo son”, explicó José Luis.
A decir del director general de Doopla, lo primero que deben de administrar este tipo de trabajadores son sus gastos: tenerlos bajo control o reducirlos, quedándose solo con los necesarios, como la renta y gastos fijos, dejar aquellos que son imprescindibles y que pueden eliminarse sin ningún problema.
Con información de El Economista