Maud Lewis (1903 – 1970) fue una pintora de la localidad de Nueva Escocia (Canadá) considerada hoy en día como un icono de la pintura folclórica canadiense. Ejemplo de superación y resiliencia ya que a pesar de sufrir de artritis reumatoide (trastorno que causa dolor, inflamación, rigidez y pérdida de la función de las articulaciones) no se detuvo y pintó hasta sus últimos días de vida.
La película escrita por Sherry White, dirigida por Aisling Walsh y protagonizada por Sally Hawkins y Ethan Hawke nos muestra la vida de Maudi desde el momento en que decide independizarse de su tía Ida, quien la maltrataba y la creía incapaz de valerse por si misma. Decide presentarse en la casa de Everett Lewis, un pescador/vendedor de la zona, en respuesta a un anuncio que él había publicado hacía unos días en el que buscaba: “una mujer para la limpieza con residencia incluida para un hombre de cuarenta años».
Él era tosco, solitario, con malos modales y agresivo, pero esos no fueron motivos suficientes para volver a vivir bajo el régimen de su tía. Poco a poco ella fue ganando su lugar, limpiando, cocinando, cuidando de aquel hombre y pintando cada trocito de hogar que le era cedido en aquella pequeña casita de apenas 12 m² que hoy permanece intacta en el museo «Galería de arte de Nueva Escocia» gracias a un grupo de ciudadanos de la zona de Digby, que fundaron la «Lewis Painted House Society», con el único objetivo de salvar el inmueble.
Sus pinturas eran coloridas, siempre utilizaba colores puros (no mezclaba), simples y frescos, preferentemente flores y pájaros aunque también pintaba paisajes, otros animales y personas. Debido a su enfermedad las pinturas eran de tamaño 20 x 25, que era lo máximo que podía estirar sus brazos, aunque realizó algunas pinturas de 60 x 60 solo por encargo.
Los turistas paraban a comprar sus cuadros y la prensa comenzó a interesarse por ella, la revista «Toronto Star Weekly» le realizó una nota, luego fue la estrella invitada de un programa prime time de la cadena «CBC Television» y su máxima notoriedad fue en 1970 cuando el presidente Richard Nixon compró dos de sus cuadros para decorar la casa blanca. A pesar de eso la pareja se mantuvo humilde, en la pequeña casa, con lo mínimo imprescindible para vivir y pintar.
Murió el 30 de julio de 1970, a sus 67 años, debido a una pulmonía.
Sus últimas palabras: «Fui amada», fueron para Everett, que nueve años después, murió en su cabaña, victima del disparo de un ladrón.
Si te gustan los biopics no podes perderte de esta cinta que ganó siete «Canadian Screen Awards» entre otros premios y que actualmente está en Netflix.