La delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Nuevo León tuvo conocimiento, con base en una denuncia de la Dirección de Protección Civil de dicho Estado, de la presencia de un ejemplar de oso macho juvenil de aproximadamente 96 kilos de peso, marcado con el arete 34, que se encontraba “socializando” con paseantes en el Parque Chipinque, ubicado en el Municipio San Pedro Garza García.
Una vez activado el Protocolo de Vida Silvestre, personal de Protección Civil, Bomberos, Parques y Vida Silvestre de Nuevo León y la Profepa, procedió a la captura, contención y manejo del ejemplar, así como a su traslado a la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León para que se le hicieran estudios rutinarios de biometría hemática, química sanguínea, ectoparásitos y endoscopía, entre otros.
La encargada de la delegación de la Profepa en el estado, Elva Griselda Garza Morado, informó que el médico veterinario zootecnista Rogelio Carrera Treviño, coordinador del Laboratorio de Fauna Silvestre de la Facultad mencionada, consideró que debido al comportamiento errático del oso que había vuelto en varias ocasiones a alimentarse con basura en la zona urbanizada de San Pedro Garza García, por su seguridad y la de la población, era necesario que se le practicara una orquiectomía bilateral (castración), antes de su traslado y liberación en la Sierra de Nido, en Chihuahua, lo que se consultó y fue autorizado por el Director General de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros de la Profepa, Médico Veterinario Zootecnista, Martín Vargas Prieto.
Asimismo, señaló que en un mensaje enviado al inspector Lindolfo Gutiérrez Olvera, el médico Vargas Prieto manifestó que la castración del ejemplar debía realizarse para evitar el movimiento artificial y reproducción de ejemplares de las subespecie de osos amblyceps y eremicus, a la cual pertenece el oso, así como para reducir el comportamiento de desplazamiento y la probabilidad de que se enfrentara con otros osos en la Sierra.
Antes de su liberación, se colocó al ejemplar un collar de telemetría, proporcionado por el doctor Carlos López González, investigador de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro. Esto para el monitoreo constante de su ubicación y desplazamiento.
La Procuradora Federal de Protección al Ambiente ha ordenado se investigue el porqué de la decisión de castrar al ejemplar, para lo cual se ha solicitado la remisión de las constancias documentales que la sustenten.
Con información de la Profepa