Covid-19: el encierro por la pandemia ha provocado que aumenten las crisis emocionales y suicidios en jóvenes mexicanos.
El covid-19 ha provocado que todos cambiáramos nuestra forma de vida y para ser honestos no ha sido fácil para nadie.
Por un lado están las personas que se ven obligadas a salir de su casa para llevar el sustento, lo que se vuelve estresante debido al riesgo real y al miedo que puede generar exponerse al covid-19 y por otro lado están las personas que llevan encerradas y aisladas poco menos de seis meses.
Y aunque estar encerrados por el covid-19, pareciera a simple vista un privilegio, millones de jóvenes mexicanos se sienten solos y atrapados en sus cuatro paredes y es que sus hogares lejos de ser el refugio que antes fueron, ahora son cárceles en donde todo se ha vuelto monótono.
Sumado a ello, los jóvenes son quienes experimentan aún más la sensación de incertidumbre, pues esta crisis ocasionada por el covid-19 generó una especie de consciencia en la que antes no habían reparado: lo incierto que parece ser el futuro.
Como consecuencia, la histeria, la ansiedad y la soledad se vuelven una constante en sus emociones y esto puede llegar a generar que tomen malas decisiones, entre ellas que terminen con sus vidas.
Así lo dio a conocer Carmen Fernández, directora general de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), al asegurar que la pandemia del covid-19 aumentó los casos de crisis emocionales y suicidios en los jóvenes mexicanos.
Durante el foro virtual El Compromiso de la Juventud por la Acción Mundial, en el marco del Día Internacional de la Juventud, Fernández indicó que el confinamiento por la emergencia sanitaria derivada del covid-19, provocó un aumento en los suicidios de los jóvenes.
“El riesgo suicida aumenta. Desgraciadamente se han complicado con esta pandemia, han aumentado los casos de suicidios”, afirmó en videoconferencia.
La ironía de la situación es que la únicos responsables de este cautiverio son los jóvenes mismos, pues ellos son quienes deciden si continuar en el encierro o salir de fiesta, como han hecho muchos otros, pero con el miedo de ser infectados o ser señalados, por su entorno, como irresponsables y propagadores del covid-19.
Ante esta situación el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), la Secretaría del Bienestar y la Secretaría de Salud presentaron el pasado 27 de julio los avances del programa ConTacto Joven, una red nacional de acompañamiento emocional para los jóvenes del país, ante los efectos psicológicos que tiene el encierro por coronavirus.
De igual forma, este programa sirve para que los jóvenes reconozcan los síntomas más comunes depresión y sepan cómo tratarla, esto con la finalidad de que puedan pedir ayuda tempranamente en caso de que sus crisis emocionales aumenten o los pensamientos suicidas sean cada vez más recurrentes.
Sin embargo todos estos esfuerzos se vuelven inútiles en un país como el nuestro en donde las realidades de cada joven son tan diversas y tan complejas, donde los entornos de las cosas que los rodean son ambientes de confort o por el contrario de pobreza, y donde la convivencia con sus familiares puede ser armoniosa o caótica.
En este sentido el confinado, experimenta sentimientos desmedidos, un cúmulo de problemáticas que lo asfixian con cada día que pasa generando sensaciones de impotencia que sólo el covid-19 trajo para cada uno de nosotros por primera vez.
Es ahí cuando el suicidio se convierte en una salida, falsa, pero definitiva y ante esta situación, lo único que puede impedirlo es la compasión: tratar de entenderlos más y juzgarlos menos, ya que al final para los jóvenes la libertad de andar por ahí y explorar es más importante que para quienes ya hemos atravesado por esta etapa.
Con información de GQ