Israel anunció el jueves 14 de agosto un acuerdo con Emiratos Árabes Unidos (EAU) para establecer la paz y las relaciones diplomáticas.
Este giro geoestratégico, sin precedentes en un cuarto de siglo, se realizó con la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La idea central de este acuerdo es definir un nuevo programa en Oriente Próximo para desbloquear el gran potencial de la región.
Esto se debe a que Israel y las monarquías del Golfo han mantenido relaciones ocultas de cooperación económica y de seguridad desde hace décadas, a pesar de no haber intercambiado embajadas.
También se pretende que los fieles musulmanes “que lleguen en son de paz” puedan peregrinar a la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam, situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, mediante vuelos directos desde Abu Dhabi a Tel Aviv.
Este acuerdo implica pactos bilaterales en materia de inversiones económicas, turismo, aviación, seguridad, telecomunicaciones, energía, agua e innovación tecnológica, entre otros.
El papel de Estados Unidos
El pacto fue firmado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; el príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohammed bin Zayed al-Nahyan, y Donald Trump como negociador.
Estados Unidos lo considera el primer paso hacia el llamado acuerdo del siglo, propuesto en febrero de este año por la Casa Blanca.
Con esta mediación entre Israel y Emiratos Árabes, el presidente Donald Trump realizó una gran actuación diplomática en Oriente Próximo, quizá la más relevante en política exterior de todo su mandato.
A casi dos meses de la elección presidencial estadounidense, Trump sugirió que podrían producirse acuerdos similares en un segundo mandato.
Por su parte, Robert O’Brien, asesor de seguridad de Trump, dijo que el presidente será recordado como un pacificador y que incluso podría aspirar al Nobel de la Paz.
Durante su mandato, Trump se ha alineado con Netanyahu, pues la estrategia de Jared Kushner, su yerno y quien promueve su agenda en Oriente Próximo, se ha enfocado en los aspectos económicos y en abrir canales comerciales entre Israel y sus vecinos que comparten una animadversión hacia Irán, entre ellos, Emiratos Árabes Unidos.
Este acuerdo es una mala noticia para el gobierno de Irán, que rechaza todo contacto con Israel y aboga por la eliminación del Estado sionista a causa de la ocupación de la Palestina histórica.
¿Y Cisjordania?
Por su parte, Netanyahu precisó durante la presentación del acuerdo, que la anexión de los asentamientos de colonos judíos y del valle del Jordán en Cisjordania “sigue estando sobre la mesa” y su suspensión es temporal.
El texto de la declaración conjunta que difundió la Casa Blanca se limita a definir que Israel suspenderá la extensión de su soberanía sobre las áreas marcadas en el plan del presidente Trump Visión para la paz.
Reacción de Palestina
Mientras tanto, en las calles de Naplusa, en la ocupada Cisjordania, unos manifestantes palestinos quemaron imágenes de los rostros del primer ministro israelí, del príncipe heredero de Abu Dhabi y del presidente de Estados Unidos.
El liderazgo palestino expresó su fuerte rechazo y condena al acuerdo y anunció que retiraría a su enviado de los Emiratos Árabes Unidos.
En la franja de Gaza la organización islamista Hamás acusó a Emiratos de dar una puñalada por la espalda a los palestinos. Esto es un premio por los crímenes de la ocupación”, destacó un portavoz.
El acuerdo es un cambio histórico que convierte al estado del Golfo en el tercer país árabe en establecer relaciones diplomáticas plenas con el estado judío.
Turquía
El gobierno de Turquía, por su parte, también condenó el acuerdo y lo calificó como un acto de traición.
El Ministerio de Asuntos Exteriores turco dijo que la historia y la conciencia de la gente de la región no olvidará y nunca perdonará el comportamiento hipócrita de Emiratos Árabes Unidos, al pactar un trato con Israel para normalizar las relaciones.
Lo que falta
Así como la anexión a Israel de los asentamientos de colonos judíos y del valle del Jordán en Cisjordania sigue estando sobre la mesa, el acuerdo firmado no menciona la solución de los dos Estados, la opción más avalada por la comunidad internacional.
Tampoco ofrece garantías sobre la creación de un Estado palestino dentro de las fronteras anteriores a 1967, con capital en Jerusalén Este.
Con información de Once Noticias