Mientras que las empresas estadounidenses se preparan para enfrentarse a los posibles retrasos y pérdidas por las restricciones que Washington impuso al comercio con Huawei, las de otra superpotencia emergente se benefician del divorcio de EEUU y el gigante asiático.
En sus comentarios a las universidades chinas el fundador de Huawei, Ren Zhengfei, recalcó que su compañía tendría que “seguir autodesarrollándose y abriéndose” a otros mercados para sobrevivir.
“Después de que EEUU nos incluyese en la lista de entidades —que enumera compañías con acceso restringido a la tecnología estadounidense—, transferimos nuestra inversión en este país a Rusia, aumentamos la rusa, ampliamos el equipo de científicos rusos e incrementamos sus salarios”, señaló.
Según Zhengfei, si una persona “quiere ser realmente fuerte debe aprender de todos, también de sus enemigos”.
Además de invertir más en otros países, Huawei busca mantenerse a flote centrándose más ensu negocio incipiente de computación en la nube. En enero de 2020 el gigante asiático igualó las condiciones de esta unidad con las de sus equipos especializados en la producción de teléfonos inteligentes y telecomunicaciones. De hecho, este negocio todavía tiene acceso a los chips estadounidenses, informó el periódico Financial Times.
Si bien “algunos políticos estadounidenses quieren a Huawei muerto”, Ren Zhengfei reiteró que la compañía china no perseguía “una mala intención” respecto al país norteamericano. Washington acusa a Huawei de espiar para el Gobierno chino. La empresa ha rechazado en repetidas ocasiones estas alegaciones.
“Pase lo que pase, nunca odiaremos a Estados Unidos. Es solo el impulso de algunos políticos, y no representa a las empresas, las escuelas y la sociedad estadounidenses”, señaló el empresario, citado por los medios locales.
La empresa con sede en Shenzhen se ha convertido en un peón en la guerra tecnológica que EEUU libra contra China. Además, se enfrenta a una situación de vida o muerte tras la última medida adoptada por Washington para reforzar su control del acceso de Huawei a la tecnología punta, incluidos los semiconductores.
Richard Yu Chengdong, director ejecutivo del grupo empresarial de consumidores de la compañía, admitió a principios de agosto que el gigante tecnológico podría verse incapaz de vender teléfonos con sus chips Kirin debido a las sanciones de EEUU.
Los proveedores de semiconductores también se han visto afectados por las restricciones de Washington. Por ello, siguen presionando a la Administración Trump para que afloje su última ofensiva contra Huawei. Los proveedores de chips estadounidenses como Qualcomm —que tenía a Huawei entre sus principales clientes— han intentado obtener autorización para reanudar sus ventas. A su vez, el diseñador taiwanés MediaTek ha solicitado al Gobierno estadounidense licenciarle para seguir suministrando al gigante asiático sus circuitos electrónicos.
Con información de Sputniknews