El 21 de septiembre de 1629 una tormenta que no cedió durante 36 horas inundó la entonces, Nueva España. De aquella tragedia capitalina solo queda un pequeño vestigio, la cabeza de león de Madero esquina con Motolinia, y esta es su historia.
Aquella catástrofe, y la primera gran inundación de la Ciudad de México, dejo las calles bajo el agua. El nivel alcanzó un poco más de dos metros, fue tal la gravedad; que la capital quedó inundada durante cinco años, de 1629 a 1634.
En aquel momento, de las 2 mil familias que habitaban, la ahora CDMX, solo quedaron 400. Jorge Legorreta charló con expertos acerca de las grandes obras hidráulicas de la capital en “Región líquida” del IMER. En el programa transmitido en 2004 se dan más detalles acerca de la inundación de 1926, lo puedes escuchar aquí.
La idea de un desagüe en la capital nació en 1606. Se decidió construir una salida artificial; el canal de Huehuetoca que descargaría al Río Tula, tomó casi dos siglos en completarse. En ese lapso hubo cerca de 30 mil muertes debido a las inundaciones. Y, por supuesto, esta cabeza de león sobrevivió a las calles del Centro y los estragos climatológicos.
La cabeza de león de Madero: único sobreviviente de la inundación de 1926 en la Ciudad de México
El cruce de la calle Madero y Motolinía, donde se muestra la cabeza de león de Madero en los 30. Dicha marca señala el nivel que alcanzó el agua durante la inundación de 1629.
En 2018, Héctor de Mauleón y Rafael Pérez Gay, apoyados por el gobierno capitalino, colocaron más de 200 placas para preservar (recuperar) la memoria histórica de algunas calles con historias grandiosas en la capital.
La cabeza de león de Madero y Motolinia forma parte de este recuento, aunque no se encuentra en el edificio original, varios cronistas de la ciudad coinciden en que se guarda como registro de aquella inundación.
Ciudad de México: Insólita y Secreta, atribuye a esta inundación algunos nombres (pasados) de calles en el primer cuadro capitalino “el callejón de las ratas” o “isla de los perros”, por ejemplo.
Para evitar que este tipo de problemas tengan lugar de nuevo existe el indicador de inundaciones del módulo de peligros del Atlas de riegos de la Ciudad de México, lo puedes consultar aquí.
Otro gran acervo es elArchivo Histórico del Agua, fue creado en 1994 y cuenta con cerca de 240 mil expedientes organizados en siete fondos, con registros de 1558 a 1990. Ambos detallan la batalla de la CDMX y el drenaje profundo, que no es nueva, y parece no tener fin.
Con información de Chilango