Mientras París se prepara para una Semana de la Moda muy distinta, la mujer más importante del estilo, Gabrielle Chanel, se convierte en el centro de atención
Después de dos años de espera y una renovación de casi 10 millones de dólares, financiada por la Ciudad de París y la Casa Chanel, el Palais Galliera emerge como el primer museo permanente para la moda de la capital francesa, con el doble de espacio para mostrar tanto sus colecciones propias como ambiciosas exhibiciones temporales como ésta.
La exposición Gabrielle Chanel: Fashion Manifesto cuenta con más de 350 piezas ordenadas en 10 capítulos, y explora cómo se forjó el estilo característico y eterno de la diseñadora, así como la manera en la que ella y su marca fueron una sola cosa.
A través de atuendos y objetos de una colección compilada durante todo el siglo pasado y ahora propiedad del Galliera, los archivos de Chanel Patrimoine y las colecciones de museos y coleccionistas privados de todo el mundo, incluyendo una pieza del editor Hamish Bowles de Vogue (un vestido de corte columna en encaje beige que data de 1930).
Algunos íconos de la casa — el traje de tweed, accesorios de cuero, piezas de joyería fina y hecha a la medida, como el broche de diamantes Comète, de 1932; y una botella original de Chanel n°5 de 1921, (acompañada de una narración en off del extracto de una entrevista con Marilyn Monroe de 1952) — tienen espacios dedicados tanto en el piso principal como en las nuevas Galerías Gabrielle Chanel, en el piso de abajo.
‘Nadie ha visto nunca tanto de Chanel en un solo sitio’, dice Miren Arzalluz, la nueva directora de Palais Galliera, durante un preview de su show de estreno.
‘Se ha hablado mucho sobre la vida de Gabrielle Chanel, pero nosotros queríamos centrarnos en la mujer y su obra. Por un lado, está la manera en la que Chanel diseñaba para ella misma; por otro, está la forma en la que ella se convirtió en su propia marca, su propia imagen, y las mujeres querían lucir como ella. Hay mucho de intangible en todo esto, pero todo lo que ella transmitía — sobre la independencia, la ambición, la juventud y la libertad de movimiento — está muy presente aquí. Estamos hablando de una mujer que creó un estilo propio, y que le fue fiel durante toda su vida. Nunca fue una víctima de la novedad. Eso es algo muy de ese momento’.
En una tarde reciente, el último vestidito negro (o LBD) — un etéreo ejemplar nocturno cuya fecha de creación se estima en 1934, confeccionado en capas de chiffon sobre encaje con un corsé drapeado, dos páneles negros arrastrando por detrás y tiras bordadas en strass sobre los hombros — llegó de los archivos de Chanel, envuelto en papel de seda y dentro de una caja, listo para el mannequinnage (o montaje). Es un ritual que puede durar horas, o incluso un día, sobre todo cuando se trata de las piezas más frágiles, según explica Rosa Ampedusa, quien trabaja con el archivo Chanel Patrimoine, mientras se prepara para coser una fina capa de relleno alrededor de las caderas del maniquí, para que el vestido caiga de la manera apropiada.
Alrededor, en el altísimo y áureo salón principal, un top marinero temprano en jersey, de 1916, lidera una sucesión de conjuntos de día, que incluyen piezas que la mismísima Chanel llevó, así como atuendos de noche de los Années Folles que destacan, ilusorios en su simplicidad, sobre maniquíes especialmente hechos para recrear la postura despreocupada por la que Chanel y sus modelos eran reconocidas. Lo más sorprendente es lo difícil que resulta en muchos casos poner una fecha a muchas de estas piezas (particularmente en el caso de las que tienen flecos).
‘Chanel amaba los flecos por su movimiento, pero también porque no se arrugan cuando viajas’, comenta la curadora principal Véronique Belloir. Destacando un vestido cut-out de encajes florales o un cardigan bolero azul medianoche con lentejuelas, que una vez fueron propiedad de Diana Vreeland, añade: ‘Cuando vemos de cerca estas piezas, entendemos el estilo y la especificidad. Con Chanel todo se trata de la maestría. Nunca es el vestido por el vestido: es el vestido para la mujer’.