Es un puesto que viene con un paquete de salario y beneficios de más de 500.000 dólares y un título que le confiere un prestigio global considerable. Sin embargo, quien asuma el cargo ahora vacante de director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) tendrá un trabajo poco envidiable.
El brasileño Roberto Azevedo, cuyo mandato terminó esta semana tras de siete años, dejó el cargo un año antes de lo planeado originalmente. Dijo que la decisión fue personal, pero pocos lo culparían por querer salir de una organización que ha sido acosada por múltiples problemas y críticas en los últimos años.
¿Trabajo imposible?
El principal reto al que se enfrenta el organismo de comercio mundial es su propia relevancia. Desde 2020, es prácticamente imposible imaginar el estado de ánimo que reinaba en torno al comercio mundial cuando se fundó la OMC, en 1995, como descendiente directo del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).
En ese entonces, había una clara tendencia hacia la liberalización y la eliminación de las barreras comerciales entre naciones. El apetito por las negociaciones de acuerdos comerciales era considerable.
Pero, en los últimos años, el panorama ha cambiado drásticamente. Ese impulso hacia la liberalización y la negociación ha sido reemplazado por instintos proteccionistas. Hay pruebas de que la mentalidad de globalización que hizo posible la OMC está retrocediendo en todo el mundo.
Bajo la presidencia de Trump, EE. UU. ha adoptado una postura notablemente más unilateral sobre cuestiones de comercio mundial. Ha estado involucrado en una guerra comercial con China. Y Trump ha criticado también duramente a la OMC, calificándola de “horrible”. Sin embargo, las quejas estadounidenses son anteriores a la era Trump.
Solo en la OMC, la administración del expresidente Barack Obama presentó 16 casos contra China, incluido uno, en su última semana de mandato, sobre la industria del aluminio del país. La opinión estadounidense de que la OMC ha actuado demasiado a la ligera cuando se trata de la economía fuertemente respaldada por el Estado chino es compartida por la Unión Europea y Japón.
La decisión de la administración Trump de bloquear los nombramientos para el órgano de apelación de la OMC, su tribunal más alto, paralizó la capacidad de funcionamiento de ese organismo. Eso ha congelado todos los casos futuros y significa que la OMC no tiene actualmente poder para hacer cumplir sus tratados. Si bien no muchos países miembros de la OMC celebran las tácticas de Estados Unidos, sí han hecho de la reforma de la OMC una prioridad urgente para quien suceda a Azevedo.
La carrera ha comenzado
El proceso para sucederlo ya está en marcha. Ocho candidatos compiten por el puesto: Abdel-Hamid Mamdouh (Egipto), Amina Mohamed (Kenia), Mohammad Al-Tuwaijri (Arabia Saudita), Yoo Myung-hee (Corea del Sur), Liam Fox (Reino Unido), Tudor Ulianovshi (Moldavia), Ngozi Okonjo-Iweala (Nigeria) y Jesús Seade Kuri (México).
Los candidatos.
La decisión sobre quién gana el concurso la toman los 164 países miembros de la OMC, pero el procedimiento de selección no es un simple voto. Tres embajadores de la OMC, que presiden los comités principales, lo dirigen. Se reunirán en privado con los países miembros, y darán a conocer sus preferencias sin ránkings ni vetos.
El objetivo es que los miembros encuentren un candidato de consenso, en lugar de uno que obtenga simplemente la mayor cantidad de votos. Los ocho candidatos han estado haciendo campaña durante los últimos dos meses, principalmente en presentaciones virtuales a los países miembros, como resultado de la pandemia de COVID-19.
Ese proceso finaliza el 7 de septiembre, y del 7 al 16 de septiembre el trío de embajadores de la OMC intentará reducir el campo, primero a cinco candidatos y finalmente a dos. Se espera que el sucesor de Azevedo sea nombrado en noviembre, pero pocos se sorprenderían si la decisión se prolonga hasta el 2021.
La votación solo se llevará a cabo si en este camino no se logra encontrar un candidato claro. Pero ya las primeras señales no son buenas: los miembros de la OMC no han logrado ponerse de acuerdo sobre un director general interino temporal, lo que significa que cuatro suplentes se encargarán de las funciones del director general por ahora.
Candidatos de consenso
Las dos favoritas son la keniana Amina Mohamed y la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala. Si alguna de ellas emerge triunfante del proceso, se convertirá a la vez en la primera mujer y la primera persona africana en ocupar el cargo. La falta de una amplia experiencia de Okonjo-Iweala en el comercio internacional puede inclinar la balanza hacia Mohamed.
A los otros seis candidatos no les gustará el hecho de que Mohamed y Okonjo-Iweala hayan sido designadas como favoritas desde el principio, pero el proceso depende más de que los candidatos no sean impopulares que de que sean populares. Eso hace que sea más difícil para los candidatos de determinadas regiones.
La UE no presentó su propio candidato. En cambio, se centró en encontrar un candidato internacional que respaldara y que pudiera ocuparse mejor de las principales tareas que enfrenta la organización.
La disputa entre Estados Unidos y China está en el centro. Es probable que los candidatos respaldados con demasiado entusiasmo por uno de esos bloques sean desagradables para el otro. Por esa razón, los candidatos mexicano y surcoreano pueden tener dificultades, debido a la percepción china de que serán aliados de Estados Unidos.
Tanto Mohamed como Okonjo-Iweala han dicho que las críticas de Estados Unidos al organismo de apelación de la OMC son válidas, y han coincidido en que el organismo en ocasiones ha ido más allá de la aplicación de los tratados y se ha inclinado a la elaboración del derecho internacional.
Eso probablemente los convertirá en candidatos atractivos para los bloques estadounidense y europeo, mientras que también garantiza que obtendrán un apoyo significativo en África y en otras regiones del mundo.Ver el video01:35
La OMC busca nuevo director
Se busca: fanático de la reforma del comercio mundial
El director general no hace política comercial global; en cambio, su papel es similar al de un presidente, en el sentido de que el director general preside el comité de negociaciones comerciales y puede intervenir en las disputas comerciales designando personas para los paneles de adjudicación, cuando los miembros no están de acuerdo.
Sin embargo, las circunstancias especiales que aguardan al próximo director general pueden hacer que se refuercen los requisitos del puesto. Para abordar el tema del proteccionismo, una política que se ha visto fortalecida por la pandemia, se requerirá un líder especialmente fuerte.
Pero una tarea aún más exigente será restaurar la credibilidad de la OMC como organización internacional relevante. Eso requerirá de alguien capaz de convencer a los miembros más poderosos de la OMC de que vale la pena apoyar a la organización. Para eso, parece imprescindible contar con un candidato con afán de reforma y capacidad para llevarla a cabo.
Con información de DW